Sri Lanka se lanza a la toma de Jaffna tras cortar en dos el frente tamil
El Ejército de Sri Lanka afirmó haber roto las líneas defensivas de los tamiles en la localidad de Muhamalai, situada en el estratégico paso del Elefante, que une a Sri Lanka con la península de Jaffna, bastión principal del LTTE. Hace tres días, anunció la toma de Kilinochchi.
GARA |
Las tropas de Sri Lanka tomaron posiciones para asaltar el fuertemente protegido istmo de la península de Jaffna, sede principal de los Tigres de la Liberación de la Tierra Tamil (LTTE).
Según anunció el Ministerio de Defensa cingalés en un comunicado, los soldados se desplazaron hasta el sur del paso del Elefante, la puerta de acceso a Jaffna, y ocuparon Oddosudan, una localidad cercana al puerto de Mullaittivu. Asimismo, aviones del Ejército bombardearon posiciones del LTTE próximas a Mullaittivu y la carretera que comunica con el puerto. «Los soldados con la moral bien alta tras la toma de Kilinochchi, han seguido avanzando y atacando a los tamiles. Un gran número han muerto», remarcó sin precisar la cuantía.
Para los analistas, la perdida de Kilinochchi -que los tamiles consideran su capital «política»- es la mayor derrota sufrida por la guerrilla en los últimos años. No obstante, han advertido de su capacidad para llevar a cabo ataques de envergadura en el corazón de Colombo.
De hecho, el viernes, el mismo día en que el Gobierno de Sri Lanka dio a conocer la toma de la ciudad tamil, tres militares murieron en un atentado kamikaze. El domingo, en un acto propagandístico, el Ejecutivo de Colombo invitó a un grupo de periodistas, entre ellos el corresponsal de la AFP, a visitar los edificios destruidos de Kilinochchi, una ciudad totalmente desértica. En el lugar permanecían 22 mujeres, niños y ancianos tamiles refugiados entre las ruinas de un hospital.
Cabe destacar que los medios de comunicación y observadores internacionales tienen vetado el acceso a las zonas de conflicto por lo que la obtención de información independiente suele ser prácticamente imposible. Organizaciones no gubernamentales denuncian con frecuencia la vulneración de los derechos humanos por parte de las tropas cingalesas y los bombardeos a áreas civiles.
Los tamiles, de religión hindú, se alzaron en armas en 1972 para reclamar la independencia del norte y noroeste de Sri Lanka -el 75% de su población es budista-. Más de 70.000 personas han muerto en este conflicto, recrudecido tras la elección del presidente Mahinda Rajapakse. El número de desplazados supera los 250.000.
Hombres armados lanzaron varias granadas y destruyeron el estudio principal de la cadena de televisión privada de Sri Lanka Maharaja TV (MTV), la más importante del país y perteneciente al grupo MBC. El ataque se produce apenas unos días después de que los medios progubernamentales denunciaran la cobertura «antipatriótica» de esta cadena sobre el conflicto entre la guerrilla de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) y el Ejército cingalés.
Unos 15 asaltantes inutilizaron tres emisoras de televisión y cuatro de radio poco después del ataque contra la sala central de control de la MBC, según relataron testigos presenciales y responsables de la cadena. «O los ciudadanos de Sri Lanka pueden atacar instituciones con armas y granadas o hay una mano detrás», declaró a Reuters el director de MTV, Cheevan Daniel.
Grupos de defensa de la libertad de expresión han denunciado los actos de violencia e intimidación contra los medios que, según remarcaron, convierten a Sri Lanka en uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. Desde agosto de 2005, 12 trabajadores han muerto. Nadie ha sido inculpado por ello hasta ahora.
El Ministerio de Defensa cingalés afirmó que están detrás del líder tamil Velupillai Prabhakaran. Las tropas, añadió, siguen avanzando con ayuda de tanques y helicópteros.
