Nadal parte en la piel del perseguido. Cazador de Federer durante años, el balear deberá mirar ahora a su retrovisor tras haber alcanzado la cúspide mundial el pasado agosto. En este arranque de campaña dispone de una cómoda ventaja sobre el suizo. La mayoría de los puntos que deberá de defender se disputan entre principios de mayo y finales de julio, cuando consiguió la victoria consecutiva en cinco torneos, de los cuales dos eran del Grand Slam (Roland Garros y Wimbledon). La presión sobre sus hombros será enorme, pero el de Manacor ya ha demostrado que sabe controlarla. Su primer gran reto será el Open de Australia -comienza el 19 de enero-, donde el año pasado fue semifinalista.

Numerosos son los objetivos de Federer. A finales de año, confesó no haberse habituado a ser el segundo del escalafón tras cuatro años en lo más alto. Volver será su primer desafío. El segundo, igualar el récord de catorce victorias en el Grand Slam, en posesión del estadounidense Pete Sampras. Australia será su primera opción. El tercero, recuperar su trono de Wimbledon, una corona que le fue arrebatada por Nadal en una final de leyenda. El cuarto y último se antoja como el más complicado. La tierra batida de París se mantiene fuera de sus vitrinas y la paliza que le endosó el balear en 2008 no invita al optimismo.

Son ya cinco años de mano a mano entre los dos tenistas mencionados. ¿Hay alternativas? Ahí están el serbio Novak Djokovic y el escocés Andy Murray, respectivamente tercero y cuarto del mundo. Ambos aúnan juventud, talento, ambición y experiencia. El primero tendrá una apuesta alta nada más comenzar, puesto que defiende título en el primer torneo grande del año. Mejor lo tiene el segundo, ya que en 2008 cayó en primera ronda ante el francés Jo-Wilfried Tsonga, por lo que cualquier eliminatoria que supere supondrá una mejora. El galo, sexto del mundo y sorprendente finalista el año pasado en Melbourne, forma parte de una nómina de aspirantes en la que también se hallan el argentino Juan Martín del Potro o dos jóvenes valores como Ernest Gulbis y Marin Cilic.

En el campo de las féminas, el circuito busca una líder y una jerarquía más estable tras una temporada marcada por la retirada de Justine Henin. Un ejemplo claro de esta descontrolada situación es que la serbia Jelena Jankovic, actual número uno, nunca ha conseguido la victoria en un torneo del Grand Slam. Las hermanas Williams continúan conectadas a la corriente alterna -ahora sí, ahora no-, mientras que Ana Ivanovic muestra a menudo signos de fragilidad. La rusa Maria Sharapova es, sin duda, la mejor colocada para convertirse en reina. Pero subsisten las interrogantes en cuanto al estado de su espalda, que le ha mantenido fuera de juego durante casi todo el segundo semestre de 2008.

Cambios en el calendario

La temporada 2009 presenta algunos cambios, tanto en hombres como en mujeres. En categoría masculina, al margen de los cuatro grandes, habrá tres tipos de torneos ATP: Masters 1.000 (antiguo Masters Series), ATP 500 y ATP 250. El nombre hace referencia al número de puntos que se llevará el vencedor. La puntuación se ha doblado y los ganadores de un Grand Slam se llevarán 2.000 puntos, frente a los 1.000 del año pasado. De hecho, la puntuación de cada jugador ya se ha visto multiplicada por dos en este arranque de temporada. Hamburgo ha sido degradado, pasa a ser ATP 500 y se desplaza a julio. Su lugar lo ocupa un gran torneo mixto sobre tierra batida, que será en Madrid a principios de mayo. El antiguo Masters Series de la capital española en octubre se marcha a Shanghai, mientras que el de finales de año en la ciudad china pasa a Londres.En el grupo mundial de la Copa Davis y la Copa del Mundo por equipos, además de algunos cambios en las fechas, la gran novedad reside en que se repartirán puntos ATP. El objetivo es evitar que algunas figuras `se borren' de ambas competiciones.

Entre las féminas, el calendario pasa de 44 a 42 semanas y se han previsto descansos a mitad de campaña. Se trata de reducir el alto número de lesiones de los últimos años. Los torneos de la WTA se reparten en dos categorías: Premier e International. Cuatro de los primeros son obligatorios para las Top 10: Indian Wells, Miami, Madrid y Beijing. Por vez primera, las jugadoras podrán consultar con su entrenador una vez por set, bien en un descanso, bien al final de la manga.