En la localidad serbia de Vrsac, donde está ubicada en Centar Millenium, pabellón donde juega en Hemofarm, apenas había unas 2.000 almas presenciando el quinto encuentro de la primera fase de la Eurocup. Y es que los cristianos ortodoxos celebraban ayer su Nochebuena. Así pues, en un ambiente más «familiar» de lo esperado, Iurbentia Bilbao Basket pudo cosechar un triunfo ciertamente balsámico, ya que truncaba una racha de cuatro derrotas consecutivas, todas ellas cosechadas en la Liga ACB. De esta guisa, los hombres de Txus Vidorreta siguen invictos en su primera experiencia continental, y se aseguraban la primera plaza del Grupo H.

El escaso ambiente en las gradas hizo que el partido resultase a la par difícil y sencillo. Difícil, porque costaba entrar en calor -el termómetro marcaba ocho grados bajo cero en la calle-, cosa que se evidenció en un porcentaje de tiro bastante malo por parte de ambos conjuntos, especialmente el local. Asimismo, decantar el duelo a favor de sus intereses fue más sencillo de lo esperado, ya que sin el factor ambiental, en un choque de potencial baloncestístico puro, a día de hoy los hombres de negro son superiores al conjunto serbio.

Seibutis, el más enchufado

La idea era dar primero, sin dar margen a que el Hemofarm se viniese arriba, de modo que Reinaldas Seibutis, el «microondas» particular del conjunto bilbaino, fue quien dio el primer golpe sobre la mesa anotando nueve de los 18 tantos que metió el cuadro vizcaino en el primer cuarto.

A partir de ahí, y con la entrada de las rotaciones de ambos conjuntos, el agujero entre vascos y serbios no hizo sino agrandarse. Hay que reconocer que el Hemofarm debió disputar el choque de ayer sin su mayor referente: el voluminoso pívot Vukosavljevic, que en La Casilla anotó la friolera de 25 puntos. Con su ausencia y la de Joksimovic, los Marjanovic y Macvan tuvieron que vérselas a un juego interior bilbaino que campó a sus anchas. Con 28-43 al descanso, el encuentro estaba visto para sentencia.

Muñecas de madera

Con la segunda mitad fue el pívot valenciano Salva Guardia quien tomó el relevo del escolta lituano. Las muñecas de lo vascos comenzaron a adquirir un mínimo de temperatura, mientras que los serbios, que sólo destacaban en el apartado de rebotes, deshonraban la histórica «muñeca de seda» que ha caracterizado a los balcánicos.

Como botón de muestra, al final del tercer período, el Hemofarm «lucía» una carta de tiro realmente lamentable en el tiro de tres: un acierto de 17 intentos. Sobre este respecto, el maestro Maljkovic solía contar un adagio que, aplicado al Hemofarm, suena a sentencia: «Si lanzas solo y no la metes, dedícate a otro deporte».

Por primera vez en casi un mes, los hombres de negro tuvieron todo un cuarto para disfrutar y gustarse. Huelga decir que el Hemofarm tampoco puso demasiado de su parte para que los de Vidorreta no se dieran un soberano homenaje. De hecho, el pívot checo Tomas Hampl volvió a tener minutos en los últimos compases de un encuentro sin historia.

En fin, Iurbentia Bilbao Basket ha cumplido su primer objetivo en Europa. Ahora toca centrarse en la Liga ACB, en el que el objetivo es entrar en el play off por el título.