Sordo: «El diálogo social es la única forma de hacer contrapoder»
Unai Sordo es el nuevo secretario general de CCOO de Euskadi después de que el 84,3% de los votos emitidos por los delegados asistentes al IX Congreso le eligieran en sustitución de Josu Onaindi, quien ha dirigido el sindicato desde junio de 2000, cuando en el VII Congreso desbancó al entonces secretario general Santiago Bengoa. Tras su elección, Sordo realizó una defensa a ultranza del diálogo político, «algo que no existe en Euskadi».GARA |
En su primer discurso como secretario general de CCOO de Euskadi, Unai Sordo abogó por por impulsar el diálogo social, «ese que es inexistente en Euskadi», ya que es «la única forma de hacer el papel de contrapoder a las decisiones de los poderes públicos».
La candidatura de Sordo, la única presentada, obtuvo el 84,3% de apoyo, al lograr 355 votos a favor, 64 en blanco y 2 nulos. La Comisión Ejecutiva, que también fue renovada en este IX Congreso, recibió el respaldo del 79,1% para sus 25 miembros, de los que ocho son mujeres y siete son de nueva incorporación.
En la Comisión Ejecutiva se mantienen Unai Sordo, Felisa Piedra, Eduardo García, Loli García, Jesús Uzkudun, Mari Cruz Vicente, Alfonso Peraita, Jaime Gómez, Roberto Ortega, Iñaki Merino, Carlos Fernández, Pilar Ortega, Ana Uranga, Sabino Santolalla, José María García, Manu Casado, Angel Madrazo y Xavier Olabeaga. Acceden como nuevos miembros Pablo García de Vicuña, Mari Carmen Sánchez, José María Sarasa, Elena Pérez, Mikel Vázquez, Susana Salinas y Javier López Irisarri.
En el IX Congreso de CCOO de Euskadi también se aprobaron la nueva Comisión de Garantías, con José Luis Gimeno al frente, y la Comisión de Control Administrativo y Financiero, con Francisco García a la cabeza. En ambos casos, las respectivas candidaturas fueron únicas. Asimismo, el plenario congresual también aprobó con apoyo mayoritario que el Consejo Confederal de Euskadi cuente con 93 miembros (secretario general, 24 miembros restantes de la Comisión Ejecutiva, ocho responsables comarcales y 60 miembros de las diferentes delegacio- nes).
Lobby de presión
Durante su intervención ante el plenario, Sordo criticó «el desprecio al diálogo social que hacen algunos», porque «supone dar carta de libertad a los poderes públicos y dejar en manos de las patronales ejercer de lobby de presión en base a sus intereses».
El nuevo secretario general de CCOO de Euskadi consideró que el diálogo social de «la única forma de hacer el papel de contrapoder a las decisiones de los poderes públicos».
«Tenemos que decir muy claramente -destacó- que el diálogo social supone poner en común y discutir nuestras pro- puestas con nuestras contrapartes, que no es lo mismo que hacer los mismos análisis que la patronal o las administraciones».
«Hay que negociar»
A su juicio, el diálogo social pasa por «proponer y defender medidas de parte, de parte del interés de los trabajadores» para lo que «hay que negociar, con todo lo que eso implica: negociar, que es la antesala de acordar o de movilizar». Consideró, en este contexto, que ante «el desprecio que del diálogo social hacen algunos», que «supone que renuncian a condicionar todos los aspectos de la vida de la gente que no se deciden dentro de las paredes de la empresa».
Para el nuevo secretario general de CCOO de Euskadi, «es mentira que se influya en un gobierno o en una diputación con panfletos y declaraciones supuestamente radicales. No se influye porque probablemente tampoco se quiere influir. Porque en Euskadi, mucha de la bilis que se suelta contra la negociación con las instituciones tiene como fin el desprestigio de esas propias instituciones y de lo que les da legitimidad», insistió.
Agregó, así, que «el desprestigio gratuito que muchas veces se hace del entramado institucional del autogobierno vasco busca deslegitimar el propio modelo de pacto, de pacto estatutario que da razón a nuestro autogobierno, conforme a una estrategia de parte del sindicalismo vasco y de la clase política vasca». «No se puede entender lo que sucede en las relaciones laborales vascas si perdemos de vista esa corriente de fondo», aseguró.
Manifestó que «se ha intentado hacer perder la referencia del convenio sectorial» y se han «demorado negociaciones durante tres, cuatro o cinco años de forma frívola». Aseguró que esa actuación «se entiende por los intereses hegemonistas de determinada opción sindical», que «instrumentaliza la negociación colectiva desde un contexto sociopolítico que situó al sindicalismo autarquista como punta de lanza de estrategias más amplías».
Silencio como respuesta
El nuevo secretario general de CCOO de Euskadi realizó un llamamiento para que con la crisis «no se pretenda justificar cualquier decisión unilateral de las empresas para despedir gente, para recortar derechos o condicionar la negociación colectiva».
Subrayó que la crisis «no ha sido provocada por los trabajadores», pese a lo que se les quiere hacer pagarla.
«Hemos hecho llegar al Gobierno vasco nuestra preocupación ante el riesgo de que la aprobación de expedientes pueda convertirse en un coladero por el que quepa todo. Su respuesta ha sido el silencio. Ni siquiera en estos momentos de incertidumbre económica, el Departamento de Trabajo se ha dignado en facilitarnos la información sobre las empresas afectadas por ERE», criticó el nuevo secretario general de CCOO.
Además, manifestó que «ni siquiera en estos momentos» desde la Consejería de Industria se considera que los sindicatos tengan acceso a los trabajos de los clústeres, pese a que son «herramientas muy potentes para conocer la situación de los sectores productivos, y las perspectivas de futuro».
Sordo lamentó que el Ejecutivo «sigue sin entender que las organizaciones sindicales son un factor clave» para afrontar la situación de crisis. «Sobre todo porque representamos a los que la están pagando en sus propias carnes», puntualizó.
Respecto a la crisis, también explicó que supone principalmente una quiebra del sistema financiero, «un mercado que constituía el ejemplo más querido del modelo de desregulación que propugnaban los fundamentalistas del neoliberalismo y el libre mercado».
Anunció que el sindicato que dirige desde ayer «va a seguir vigilando, negociando o movilizando ante las actuaciones empresariales o de la propia administración» y «va a ser riguroso, responsable y combativo en función de las realidades de cada empresa y sector».
Consideró que la solución a la crisis «no pasa por cuestionar derechos, sino todo lo contrario», y añadió que «no hay crecimiento sostenido ni sostenible si no parte de la lucha sindical».
Sordo dijo que el diálogo social «supone poner en común y discutir nuestras propuestas con nuestras contrapartes, que no es lo mismo que hacer los mismos análisis que la patronal o las administraciones».
Unai Sordo apostó por «defender la pluralidad y diversidad de la sociedad vasca», porque «defendemos el pacto transversal como clave para definir o redefinir el autogobierno vasco. Y esos valores, esas ideas y todo lo que llevan implícito han calado en una sociedad harta de frentismos, harta de acumulaciones de fuerza, harta de debates estériles y circulares, que sólo provocan enfrentamiento, división y desmotivación en la gente», aseguró.
El nuevo secretario general de CCOO de Euskadi nació en Bilbo en 1972 y es diplomado en Graduado Social por la UPV-EHU. Además, trabajó en el sector de la industria de la madera antes de incorporarse con responsabilidad al sindicato, habiendo sido militante activo durante los años anteriores. En junio de 2000, en el VII Congreso, asumió la Secretaría de Juventud, cargo que ha compatibilizado con tareas de organización en Bizkaia. En 2004, pasó a ser responsable de Bizkaia y ha estado vinculado al área de formación sindical de cuadros y seguimiento de elecciones sindicales y desarrollo de contenidos en diferentes campañas de CC.OO de Euskadi.
«Hemos hecho llegar al Gobierno vasco nuestra preocupación ante el riesgo de que la aprobación de expedientes pueda convertirse en un coladero por el que quepa todo».