Cuando se cumplen exactamente tres meses y dos días desde que la vecina de Lizarra María Puy Pérez, de 50 años, desapareciera sin dejar rastro, el magistrado ha decretado la puesta en libertad condicional y sin fianza de su ex pareja. J.M.M.D., de 51 años y vecino de la cercana localidad de Aiegi, permanecía preso desde el pasado 17 de octubre, después de que la Policía Foral constatara que había quebrantado la orden de alejamiento el mismo día de la desaparición, además de encontrar varias armas de fabricación casera en su domicilio para cuya posesión estaba totalmente inhabilitado.

El juez ha decretado la liberación del imputado a instancias de la Fiscalía, que no ha encontrado más pruebas o indicios que le relacionen con la desaparición de la mujer.

De hecho, la defensa ya había solicitado su puesta en libertad el pasado mes de noviembre, algo que entonces el Ministerio Público no consideró procedente validar.

No obstante, el vecino de Aiegi deberá cumplir con una serie de medidas judiciales, como comparecer semanalmente ante el juzgado más próximo a su casa, no abandonar el territorio del Estado español o tener que fijar un domicilio y comunicar si se produjese algún cambio.

Mientras tanto, prosigue la búsqueda de María Puy Pérez en las inmediaciones de la ciudad del Ega, sin que por el momento se hayan hallado más indicios acerca de su paradero. Pese a la ausencia de novedades, los familiares han continuado concentrándose para pedir que no cesen las labores de búsqueda, en unos actos en los que han recibido el apoyo y el calor de sus convecinos. Precisamente en la movilización que se llevó a cabo en el mes de noviembre, la hija de la desaparecida expresó a todos los congregados la necesidad de seguir buscándola.

«Queremos pediros que sigáis atentos y que deis cuenta de cualquier anomalía que podáis observar, por pequeña que sea, ya que eso podría resultar decisivo para encontrarla. Es muy importante que cada salida al monte, cada paseo, se convierta en un momento de búsqueda, dado que estos hallazgos muchas veces se producen de la manera más inesperada», reclamó aquel día la joven, aunque por el momento la búsqueda no ha obtenido resultados.

Más recientemente, el pasado domingo, cerca de 300 personas se reunieron de manera silenciosa en la calle Baja Navarra de la ciudad para recordar que su convecina sigue desaparecida y exigir que no se produzcan más ataques machistas contra las mujeres.

Proclama su inocencia

El acusado, por su parte, ha mantenido que es inocente desde el primer momento y ha asegurado no tener nada que ver con la desaparición de su ex compañera sentimental. «Soy inocente, al final se sabrá la verdad», declaró a los medios de comunicación J.M.M., a su llegada a los juzgados de Lizarra tras ser detenido. Una actitud que no ha variado a lo largo estos tres meses.

Pese a haber sido señalado como el primer sospechoso de haberle causado daño a su ex compañera debido a la orden de ale- jamiento que pesaba contra él, la constatación de que fue visto con la mujer el mismo día de la desaparición o las armas de fabricación caseras encontradas en su domicilio, no existe ninguna prueba clara como para mantenerlo en prisión.