La muestra está formada por una serie de dibujos, bocetos, esculturas en pequeño tamaño y fotos de las tres obras que componen el conjunto escultórico, del proceso de su creación en las forjas de la fundición Patricio Echevarría, de Zumarraga, y de su montaje en las rocas del acantilado ubicado al final de la playa de Ondarreta, así como documentación, maquetas y planos del proyecto de instalación. La exposición se complementa con la proyección de un DVD de 30 minutos de duración con imágenes y testimonios de los protagonistas de la creación e instalación de las esculturas, desde su forja hasta su complicada colocación.

Trabajo en equipo

La muestra, presentada ayer en conferencia de prensa por el director del Museo de Bellas Artes, Javier Viar; Luis Chillida, uno de los hijos del artista vasco; y María Elosegui, hija del ingeniero José María Elosegui Amundarain, encargado del proyecto de montaje, explica lo que fue «una gran aventura», según definió Luis Chillida. Tanto el hijo del escultor como la hija del ingeniero jefe de las obras coincidieron en subrayar que «El Peine del Viento» no fue sólo un talento de Chillida, sino de muchas personas, y María Elosegui concretó que su montaje fue resultado de «un trabajo en equipo».

«El responsable de todo fue Eduardo Chillida -agregó la hija del ingeniero-, pero todos los que participaron tuvieron su importancia, desde los que fundieron el acero de las esculturas hasta el que manejó la grúa», pasando por el arquitecto Luis Peña Ganchegi, que urbanizó toda la zona del acantilado donde se instaló, y el empresario Patricio Echevarría, que donó el acero con el que se realizaron las esculturas. Asimismo, con motivo de la exposición, se ha publicado la segunda edición del libro de Elosegui sobre la colocación de la obra.