Ilusionado por la tarea emprendida en julio de 2007, Elorrieta no oculta que a partir de ahora tendrán más enfrente que nunca al PNV y a los partidos de obediencia española para hacer fracasar su proyecto de cambio.

¿Cómo afronta los dos años y medio que le restan de mandato como alcalde?

Con mucha ilusión, no exenta de preocupación por la fuerte oposición que vamos a soportar no sólo dentro del Ayuntamiento sino también fuera. Ilusión porque estamos convencidos de que vamos a cambiar muchas cosas que entendemos que no se hacían a gusto de los vecinos y trabajaremos para mejorarlas.

¿La presión mediática se ha dejado sentir sobre sus socios de gobierno? ¿Y en los vecinos?

Sí, se ha notado muchísimo. Es lógico que se deje sentir más sobre Eusko Alkartasuna. Entiendo que esos ataques furibundos han tratado de buscar la ruptura del acuerdo de gobierno con la izquierda abertzale, como lo han conseguido en Azpeitia.

Los busturiarras han padecido no sólo la presión de los medios de comunicación españoles, también las panfletadas del PNV intentando calentar el ambiente atacando con saña a nuestros socios de gobierno. La presión sobre la izquierda abertzale va a ser a través de la Ley de Partidos, como lo han venido haciendo hasta ahora PSOE y PP con el apoyo del PNV. Sin su colaboración hubiese sido imposible. Ahora, intentará criminalizarnos más para ver si de una forma u otra nos desbanca de todos los gobiernos municipales en los que estamos.

¿Por qué está el PNV en la oposición en el Consistorio?

En las últimas elecciones municipales se llevó un fuerte batacazo. Tuvo una bajada de votos importantísima. Pasó de 566 sufragios a 397, de cinco a cuatro concejales perdiendo la mayoría absoluta y un 30% de su apoyo. Esos resultados son consecuencia de que los vecinos no están conformes con su modo de gobernar. La política del PNV es la del negocio y eso no es lo que más le interesa a la gente.

¿Notan un recorte en las ayudas o trabas desde instancias forales o del Gobierno de Gasteiz?

De Lakua no. De la Diputación, sin generalizar, sí hemos notado, no en todo, cosas muy puntuales en las que entendemos que ha habido recortes en las ayudas única y exclusivamente porque estábamos nosotros. Si hubiese estado el PNV, hubieran sido más generosos o simplemente hubiesen concedido ese crédito que se denegaba. El problema puede venir de ahora en adelante cuando el PNV esté más rabioso aún, EA puede no estar quizá en Lakua y, por supuesto, la Diputación intentará en muchos casos boicotearnos.

¿Cuáles son los retos que va a afrontar como alcalde?

Cuando llegamos al acuerdo con EA nos marcamos unos retos en política municipal, cultura, vivienda, medio ambiente y acción social en los que dabamos prácticamente la vuelta a la tortilla. Ahora, hacemos una política social más cercana al pueblo y, por supuesto, un urbanismo en el que vamos a primar la adquisición de primera vivienda eliminando totalmente o casi todo lo que podamos la vivienda libre. Vamos a intentar conseguir que la gente de Busturia no se tenga que marchar fuera a vivir, que es triste pero estaba ocurriendo en los últimos años.

Trabajamos en la euskaldunización total del Ayuntamiento, sumarnos a UEMA, en una política mucho más euskaldun de la que ha llevado el PNV. Aunque seamos un pueblo pequeño queremos aportar a la construcción nacional de Euskal Herria.