Ban pide cuentas a Israel por atacar centros poblados y agencias humanitarias
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió ayer responsabilidades a Israel por el bombardeo de centros poblados y agencias humanitarias, durante su visita a Gaza, cuya situación calificó de «desgarradora» al tiempo que exhortó a la unidad del pueblo palestino para favorecer la reconstrucción de la franja y el levantamiento del bloqueo. Pese al alto el fuego, el Ejército sionista mató a un agricultor y dos niños murieron cuando jugaban con una bomba israelí.
GARA |
Ban Ki-moon es la primera personalidad internacional que visita Gaza desde que Hamas tomara el control de la franja, en junio de 2007, y tras el fin de la ofensiva sionista. En una rueda de prensa ofrecida en las instalaciones de la ONU en la ciudad de Gaza, Ban se mostró «profundamente apesadumbrado» por la destrucción que pudo comprobar en las calles y recalcó que se trata de una situación «descorazonadora», al tiempo que reiteró su condena del «excesivo uso de la fuerza» por parte de Israel.
Tras exigir una «completa investigación» sobre la muerte de civiles y los ataques israelíes a centros poblados y agencias humanitarias, para impedir que se vuelvan a repetir en el futuro, y reclamar que los responsables de lo sucedido rindan cuentas ante instancias judiciales, el secretario general de la ONU dijo que la unidad palestina «es necesaria para permitir el proceso de reconstrucción y la reapertura de los pasos fronterizos».
Sin embargo, la ministra israelí de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, vinculó la apertura de los pasos entre Israel y la franja de Gaza a la liberación del soldado Gilad Shalit, capturado por Hamas en junio de 2006.
«Estoy simplemente horrorizado. No soy capaz de describir cómo me siento en este lugar», declaró ante las ruinas todavía humeantes de la sede de la agencia de la ONU para la ayuda a los refugiados palestinos, Unrwa, atacada el jueves por tanques cuando las tropas israelíes entraron en la ciudad y donde se destruyeron toneladas de ayuda humanitaria. La Unrwa estima que 53 de sus edificios han sido destruidos y asegura que la franja se asemeja a una zona afectada por un «terremoto».
En Gaza, Ban no se reunió con responsables de Hamas, pero su visita coincidió con una multitudinaria manifestación de sus seguidores que, con banderas verdes y coreando consignas que reivindicaban el triunfo sobre Israel, salieron a las calles para expresar «su solidaridad completa con la resistencia armada y con las familias que han perdido a sus seres queridos y sus viviendas». En la marcha, además de criticar a Israel, se condenó la actitud mantenida por países árabes como Egipto y Arabia Saudí y por la Autoridad Palestina durante la ofensiva sionista.
Israel y Hamas declararon el domingo, por separado y de forma unilateral, el cese de las hostilidades, que pusieron fin a una ofensiva militar israelí que, según el último balance de fuentes sanitarias de Gaza, se ha saldado ya con la muerte de 1.414 palestinos y más de 5.500 heridos, la mayoría civiles. En esas tres semanas murieron trece israelíes, diez de ellos militares.
Según diversos medios, las fuerzas israelíes tenían previsto retirarse completamente de la franja mediterránea a lo largo de la jornada de ayer en un guiño al presidente de EEUU, Barack Obama, pero este extremo no pudo ser confirmado.
A pesar del alto el fuego, ayer se registraron nuevos incidentes. Un agricultor palestino murió por disparos de soldados israelíes en el norte de la franja y dos hermanos, de diez y once años, perdieron al vida al explotarles la bomba israelí con la que jugaban en la ciudad de Gaza. Además, el Ejército israelí informó de dos enfrentamientos armados con milicianos palestinos a la altura del paso de Kisufim, del lanzamiento de un proyectil de mortero y de los «disparos al aire» realizados por sus barcos de guerra en la costa para «reforzar el bloqueo».
Ban Ki-moon también visitó la localidad israelí de Sderot, donde dijo que «el lanzamiento de cohetes es inaceptable».
Investigación independiente
Ayer, ocho ONG israelíes que trabajan en el ámbito de la defensa de los derechos humanos exigieron al fiscal general del Estado la apertura de una investigación independiente sobre la conducta del Ejército durante la operación militar, dado el gran número de civiles afectados.
En Jerusalén, durante un encuentro con el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, volvió a atribuir a Hamas la responsabilidad de la destrucción de Gaza e insistió en que no se le debe permitir liderar el proceso de reconstrucción «ni que reciba ningún tipo de legitimidad por ello».
Mientras, ante el llamamiento del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, para constituir un Gobierno de unidad, París se mostró dispuesta a trabajar con uno que integre a Hamas, siempre que el movimiento islámico de resistencia «respete el principio del proceso de paz y que se comprometa en negociaciones con Israel» para crear dos estados.
Por otro lado, los países árabes reunidos en Kuwait fueron incapaces de llegar a un acuerdo sobre la respuesta a la agresión a Gaza ni sobre la creación de un fondo de ayuda a la reconstrucción de este territorio palestino.
Las autoridades egipcias cerraron, a petición de Israel, el paso fronterizo de Rafah, y sólo permitían el transporte con cuentagotas de ayuda humanitaria. El de Rafah es el único que no conecta Gaza con Israel y desde el fin de semana estaba siendo utilizado para el paso de extranjeros, periodistas y medicinas.