Nueva administración en Washington
Dos millones de personas en un acto vigilado por 42.000 agentes
GARA | WASHINGTON
Se dice que la ceremonia de investidura de Barack Obama ha sido la que mayor expectación ha levantado desde la toma de posesión de Abraham Lincoln en 1865. A pesar de las gélidas temperaturas, se estima que el acto fue seguido en directo por dos millones de personas y vigilado por unos 42.000 agentes.
En este dispositivo de seguridad sin precedentes participaron unos 25.000 policías de las fuerzas locales y federales, 10.000 agentes de la Guardia Nacional y 7.500 soldados, coordinados todos ellos por el Servicio Secreto. Además, la Oficina Federal de Investigación (FBI) desplegó a unos 600 agentes, un 20% más que en investiduras precedentes.
Desde horas antes del acto de investidura, Washington ya se había convertido en una auténtica fortaleza. El centro de la ciudad, en un área de 5,6 kilómetros cuadrados, quedó cerrado al tráfico rodado y hubo restricciones al tráfico aéreo.
También se cortó el acceso de vehículos a Washington a través de los puentes del río Potomac, y sólo pudieron acceder autobuses públicos o taxis previamente registrados. El sistema de transporte público quedó reforzado con líneas de autobús especiales y más trenes de metro.
Uno de los mayores problemas fue encontrar lugar de aparcamiento para los aproximadamente 10.000 autobuses «chárter» que acercaron a casi medio millón de personas hasta el Mall, un parque de más de dos kilómetros de longitud que comunica el Capitolio con el Monumento a Lincoln.
Dada la magnitud de la concentración humana, se colocaron veinte pantallas gigantes en el Mall y a lo largo de la Avenida Pensilvania, en la ruta que llevó a Barack Obama hasta su nueva residencia.
Además de esos 42.000 agentes de seguridad, durante todo el día una brigada del Ejército se mantuvo en estado de alerta en la base de Fort Stewart, en Georgia, para responder a un hipotético atentado con armas químicas o biológicas.
En el dispositivo de seguridad también participaron 99 organismos federales, estatales y locales, como la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, que envió expertos en desactivación de bombas y perros adiestrados.
Todos los edificios situados a lo largo de la ruta del desfile fueron revisados con especial atención por parte de los agentes de seguridad. En algunos casos, las empresas que los ocupan fueron obligadas a aportar listas de las personas autorizadas a entrar en ellas.
En las horas previas al discurso de Obama se estuvo investigando una «posible amenaza difusa» contra los actos de inves- tidura, pero no pasó nada.
Desfile hasta la Casa Blanca
En un ambiente de emoción y júbilo por parte de los asistentes, la ceremonia de investidura arrancó poco después de las 11.30, cuando en Euskal Herria eran casi las cinco de la tarde, y concluyó con la interpretación del himno nacional.
La ceremonia estuvo acompañada de diversas actuaciones musicales, como Aretha Franklin, y varias invocaciones religiosas. Entre las personalidades que asistieron al acto de juramento figuraban los tres ex presidentes vivos del país: Bill Clinton, Jimmy Carter y George Bush padre. También estuvo el ex boxeador Muhamad Ali, conocido antibelicista y defensor de la causa negra.
A continuación, Obama y su familia participaron en un almuerzo con los congresistas en el Capitolio, con un menú inspirado en los gustos de Lincoln, a base de sopa de marisco, faisán y pastel de manzana.
Posteriormente, el nuevo presidente de EEUU se desplazó en su impresionante limusina a la Casa Blanca, en un desfile en el que participaron más de 90 bandas de música, carrozas y grupos diversos.
La UE, que ha mantenido difíciles relaciones con EEUU durante la Administración Bush, hizo un llamamiento ayer a Obama a estrechar los lazos con Europa para «hacer frente juntos a los desafíos mundiales»
«En el momento en el que el presidente Obama ha comenzado su histórico mandato, llamo a Europa y a EEUU a profundizar en las relaciones transatlánticas y a unir sus fuerzas para hacer frente a los grandes desafíos de nuestra época», declaró el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en un comunicado.
El ministro checo de Exteriores, Karel Schwarzenberg, anunció en el Parlamento Europeo que a comienzos de febrero viajará a Washington para reunirse con la nueva secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el nuevo consejero de Seguridad Nacional, el general James Jones.
La Presidencia checa mostró su deseo de que en abril Obama viaje a Estrasburgo y Kehl (Alemania) con motivo de la cumbre que festejará el 60 aniversario de la creación de la OTAN.
Otros dirigentes europeos, como el británico Gordon Brown, destacaron que la elección de Obama «marca un nuevo capítulo tanto en la historia americana como en la mundial», mientras que el francés Nicolas Sarkozy mostró su esperanza «en poder trabajar codo con codo» con el nuevo presidente estadounidense para «superar juntos los inmensos desafíos del mundo». El español José Luis Rodríguez Zapatero señaló que mantiene «una gran esperanza y confianza» en Obama.
El ministro iraní de Exteriores, Manucher Mottaki, fue mucho más crítico. «Obama tiene dos opciones: o seguir con las mismas políticas que su predecesor, George Bush, aunque cambiando el discurso o dedicarse a los intereses nacionales del pueblo norteamericano y actuar con franqueza. En el primer caso, recibirá la misma respuesta que Bush, pero si elige el camino correcto, nos compensa del pasado».
El senador demócrata Ted Kennedy se desmayó ayer durante el banquete que el Congreso ofreció al nuevo presidente, según informó la televisión CNN, que precisó que el senador republicano Robert Byrd también sufrió un desfallecimiento.
El propio Obama, en el brindis, hizo referencia al senador por Massachussetts, hermano del ex presidente John Kennedy. «Una parte de mí está con él en estos momentos», afirmó, para añadir que «mis oraciones están con él y con su familia. Hoy es un día feliz para mí, pero también triste», añadió.
Según la CNN, Ted Kennedy sufrió convulsiones en su silla durante el banquete y fue atendido en un primer momento por el también senador por Massachussetts John Kerry, antes de ser tras ser trasladado fuera de la sala por un equipo médico.
