El fútbol vasco amplía su cuota de equipos de fútbol centenarios. Real Unión, Athletic, Beasain, Arin Luzien y Aviron ya poseen esa condición que durante este 2009 pasarán a adquirir Real Sociedad, Portugalete y Arenas Club de Getxo. Aunque los primeros partidos se disputaron en Las Arenas en 1901, hasta ocho años después no se fundó el Arenas Football Club. El histórico club vizcaino, que allá por 1928 llegó a jugar siete temporadas en Primera División y en la actualidad milita en Tercera entrenado por Pablo Turrillas, prepara un programa de actos que empieza a concretarse. Eliodoro Lafuente, presidente de la Peña Centenario, sólo pudo adelantar que jugarán contra el Athletic, recordando viejos tiempos, que han pensado organizar un torneo y también un concierto. Para ampliar detalles tienen que cuadrar el presupuesto y terminar de hablar con las instituciones.

Este tipo de efemérides vienen acompañadas de un elemento esencial, la camiseta conmemorativa. Iñaki Zuazo, presidente del club getxotarra, propuso a Darío Urzay la elaboración de la prenda. La respuesta del pintor fue un no rotundo: «Le dije que no quería saber nada». Salió escaldado de su experiencia anterior con otro club de fútbol, cuando creó la camiseta para vestir al Athletic en su retorno a la Copa de la UEFA en 2004 y terminó retirando la indumentaria que en la actualidad luce en el Museo Ar tium de Gasteiz. Define lo que pasó como un «despropósito» y piensa que «tuvo una parte bonita y otra triste. Generó pasiones a favor y en contra. Y a día de hoy sigo pensando que fue muy positivo para el Athetic, aunque desde entonces ningún directivo se ha puesto en contacto conmigo».

Lo que empezó bajo el mandato de Ignacio Ugartetxe, vivió unas elecciones de por medio y se acabó con la llegada a la presidencia de Fernando Lamikiz. La elástica fue estrenada por los jugadores y comprada por los aficionados. Ideada para la competición, su autor decidió que el club rojiblanco dejara de tener los derechos de explotación cuando vio que no se usaba. Con su porcentaje, «que era muy pequeño», patrocinó una temporada a la triatleta Virginia Berasategi.

La UEFA la denominó la «ketchup» y el nombre se extendió como la pólvora, mientras se hablaba de ella más que de ninguna para bien y para mal. El revuelo, las circunstancias y como se desarrollaron los hechos dejaron en el bilbaino cierta «amargura». El presidente del Arenas conoció a Urzay después de todo eso: «Me pareció un hombre muy interesante y muy creativo», dice. Su insistencia dio sus frutos. «Al final un día me vino algo a la cabeza. Ese día llamé a Zuazo y le dije sí, lo voy a hacer. No puedo revelar datos hasta dentro de un tiempo, pero te puedo decir que no se parece en absoluto a lo que hice para el Athletic», dice.

Más convencional

Da alguna pista, «es algo fragmentario, heterogéneo, plural, pero hasta que la fecha de presentación esté encima -y eso puede ser en marzo- no puedo adelantar nada más». Reconoce que mientras la camiseta elaborada para el equipo rojiblanco ejercía un claro efecto visual «porque además te encuentras eso en un contexto en el que no estás acostumbrado a ver ese tipo de formas, ahora le he dado vueltas a otra serie de cosas que se dirigen más a la reflexión. Tiene un pequeño punto de rareza, pero formalmente no recuerda nada a la anterior. Quizás ésta es más convencional», matiza en alusión a unos equipajes con los que los jugadores cerrarán esta temporada e inaugurarán la primera parte de la siguiente durante 2009.

Zuazo, uno de los pocos que ha visto los diseños, insiste en que «tienen una fuerza increíble», mientras Urzay reconoce que vive otro momento y que también hay grandes diferencias entre los dos equipos: «El Athletic es más mediático y el Arenas tiene un valor que es la historia».

El pintor y fotógrafo, de 50 años, se confiesa aficionado al deporte. «Al fútbol, por supuesto. En los álbumes familiares aparezco con la camiseta del Athletic -y disfruta al otro lado del teléfono con la buena racha que ha pillado el equipo rojiblanco-. También al ciclismo y a la escalada», añade.

El artista, con obras repartidas en museos de prestigio, ha mantenido una estrecha relación con Getxo, lugar donde residió unos años y que visita a menudo para disfrutar de su paisaje: «Mi primera exposición internacional la gesté en Getxo, el Premio Gure Artea lo hice allí y mi padre -fallecido- descansa allí». Ahora tiene otra razón para acudir, el Arenas le ha nombrado socio vitalicio.