Desde que la asamblea de Eusko Alkartasuna de Muskiz decidiese avalar la tesis defendida por el alcalde, Gonzalo Riancho, de no presentar un recurso contra la Autorización Ambiental Integrada (AAI) concedida por el Departamento de Medio Ambiente de Lakua a la planta de coque, la convulsión continúa entre la afiliación y simpatizantes de esta localidad vizcaina.

La virulencia del debate interno ha abierto importantes grietas en la agrupación local, a pesar de que desde EA se trate de quitar importancia a las discrepancias y al tono de las mismas. Los anuncios de abandono de militancia se mantienen, a la vez que se suceden los movimientos a nivel de Ejecutiva para tratar de sofocar los rescoldos, aún calientes, de una asamblea incendiaria.

Tras la reunión mantenida en Nochebuena por el alcalde y dos ediles de EA con los abogados iruindarras que han asesorado legalmente al Consistorio ante el nuevo proyecto de Petronor -que el resto de Corporación desconocía-, llegó la movida asamblea y las primeras reacciones de la militancia. Después, una delegación de Eusko Alkartasuna de Muskiz, con Gonzalo Riancho al frente, ha mantenido un encuentro con el presidente de la compañía petrolera, Josu Jon Imaz. En esta reunión se habrían tratado de limar algunas de las asperezas que han surgido en los últimos meses, principalmente la inicial negativa de EA a conceder automáticamente la licencia de actividad y obra para construir la Unidad de Reducción de Fueloil (URF).

A la entrevista no acudió el segundo teniente alcalde y delegado de Medio Ambiente, Marcos Cuco, que ha mostrado abiertamente su oposición a la URF. El edil continúa «por prudencia» sin querer pronunciarse sobre el asunto, apostillando tan sólo que hay un debate interno en su partido del que no va a hablar.

El martes, por segunda vez consecutiva, Cuco no presidió la comisión informativa de Medio Ambiente, lo que alimenta la sospecha de que es uno de los actores principales en esta historia. Él lo niega y argumentó ayer a GARA que los órdenes del día de la comisión municipal y el seguimiento de los asuntos corren a su cargo.

Tampoco acudieron a la cita el alcalde y Fernando Martín, primer teniente alcalde y portavoz del PSE. El difícil equilibrio que ha mantenido el equipo de gobierno en el último año y medio comienza a pasar factura, especialmente cuando Martín, delegado de Urbanismo, ha llegado a aprovechar la ausencia del alcalde para tratar de aprobar las licencias que reclama Petronor.

Para resituar el pacto EA-PSE, ambas formaciones políticas están dialogando y en medio aparece de nuevo el responsable municipal de Medio Ambiente, un hombre incómodo actualmente para el alcalde y también para Martín, jubilado de la compañía que preside Imaz.

Pero las licencias no fueron el último roce entre los socios de gobierno, en el pleno municipal del pasado 11 de diciembre, los corporativos de EA se quedaron solos en la defensa de la consulta popular a cerca de la URF impulsada por las firmas de un 15% de la población de Muskiz. Los votos en contra del PSE y la abstención del PNV, que comparte la defensa de todos los proyectos de Petronor, impidieron la mayoría absoluta necesaria para que el Ayuntamiento convocase la consulta popular para conocer la opinión de los vecinos de Muskiz sobre la planta de coque.