Los expedientes de regulación de empleo autorizados por los gobiernos de Lakua y español en 2008 afectaron a alrededor de 23.000 trabajadores en Hego Euskal Herria, de los que más de 2.700 perdieron su puesto de trabajo, sin tener en cuenta las contratas y subcontratas, cuyos efectos elevarían la cifra de trabajadores que perdieron el empleo por encima de los 3.000. Y si los datos referentes al pasado año son desalentadores, los del recién comenzado no parecen mucho mejores. Al contrario, los expedientes de regulación de empleo presentados esta misma semana afectarían a cientos de trabajadores. Las previsiones económicas más pesimistas se ven confirmadas por los hechos, y las consecuencias más negativas recaen sobre los trabajadores. Mal consuelo resulta para éstos escuchar de los responsables institucionales que en otros lugares la situación es peor y ver que las medidas contra la crisis se concentran principalmente en ayudas a las empresas con el objetivo de frenar el desempleo. Mientras, los empresarios solicitan más ayudas y sólo ofrecen precariedad; los bancos reciben inyecciones de dinero público, pero siguen sin estar dispuestos a dar créditos, y los trabajadores, con los empleos más precarios que han existido en décadas, son víctimas de regulaciones de empleo que, a cientos, los dejan en la calle temporal o definitivamente.