El comunicado de ETA publicado ayer por GARA, en el que sitúa como objetivo a altos técnicos y responsables del TAV y critica la utilización de EiTB por parte del PNV, fue valorado ayer desde las formaciones políticas. Hubo coincidencia entre jeltzales y el PSE incluso en el término utilizado: «Desprecio».

Iñigo Urkullu, presidente del PNV, censuró que «trate de justificar sus actuaciones» y abogó por no hacerle caso, ya que «ETA se manifiesta por sus acciones, no por sus comunicados». El dirigente jeltzale se preguntó «quién es nadie para amputar a esta sociedad atentando contra las personas y quién es nadie para amedrentar a personas».

Rodolfo Ares, portavoz de la Ejecutiva del PSE, afirmó igualmente que su partido no quiere «amplificar» las declaraciones de la organización armada, y que lo único que hay que decirle es que «será combatida con todos los instrumentos del Estado de Derecho». «De ETA, el único comunicado que realmente nos importa el que anuncie que deja definitivamente la actividad terrorista y, desde luego, ése no se ha producido, sino todo lo contrario», agregó.

Para su secretario general, Patxi López, ante el texto «no cabe más que el desprecio absoluto y no hacerle ningún caso». A su entender, ante las «nuevas amenazas», lo que debe hacer la sociedad «es unirnos para respaldar a los empresarios amenazados directamente por ETA y tirar hacia adelante con la «Y Vasca», que es un proyecto de país».

En paralelo, todos ellos reiteraron su disposición a llevar hasta el final las obras del Tren de Alta Velocidad como respuesta a ETA. El más claro fue Antonio Basagoiti, del PP, para quien «La «Y vasca» se va a hacer porque ETA no puede ganar ninguna batalla de ningún tipo».

«... por generación espontánea»

El político vizcaino afirmó con rotundidad que «aquí ya no caben ni miramientos, ni negociaciones, ni nada. Hay que derrotarlos, hay que sacarlos de la vida política. Estos asesinos han demostrado que no se van por generación espontánea, y el último escrito que deseo es el que puedan escribir en las paredes de la celda de la cárcel en la que estén».

Y el consejero de Interior de Lakua, Javier Balza, en nombre del Gobierno de Lakua, añadió que «a ETA se le ha acabado la posibilidad de influir en la política de este país hace mucho tiempo», por lo que el Ejecutivo Ibarretxe «va a impulsar el tren de la mano del resto de instituciones». Según el consejero, «ni la sociedad vasca, ni sus instituciones van a hacer o dejar de hacer un proyecto por lo que diga o haga ETA», y aseguró que el Gobierno autonómico impulsará el TAV porque está «convencido de que es un proyecto querido por la mayoría de la sociedad vasca y porque es una vía de modernidad y progreso para esta sociedad».

ELA: «Estorbo»

Desde otros puntos del arco político y sindical, el texto fue rechazado por agentes como ELA, que pidió a ETA que «deje trabajar a quienes, desde planteamientos exclusivamente sociales, civiles y políticos, quieren un cambio social». Así, tildó a la organización de «estorbo».

Unai Ziarreta, presidente de Eusko Alkartasuna, por su parte, consideró en Radio Euskadi que este último comunicado «no dice nada nuevo» y demandó a ETA «que posibilite de una vez por todas que se puedan abrir en este país otros cauces y que nos deje a las formaciones políticas hacer política».

Desde Ezker Batua-Berdeak, Mikel Arana dijo a ETA que «se destape los oídos, se quite la venda de los ojos y escuche cómo la sociedad vasca y la mayoría de su base social le exige que se vaya de una vez para poder construir». Y Aralar, mediante un comunicado de prensa, y con un discurso parecido al de EB, denunció que «ETA no conoce la voluntad, necesidades y realidad de la sociedad vasca, y que hace oídos sordos a las peticiones de paz».