«Llevamos 30 años de lucha contra una legalidad ilegítima, una lucha que ha traído como consecuencia la finalización de un ciclo político. Nuestro pueblo demanda un cambio político, un cambio democrático en profundidad, para un nuevo ciclo político», manifestó ayer en el Tribunal de las salas de instrucción de París Jon Salaberria, quien fuera parlamentario autonómico durante ocho años y que resultó detenido en Burdeos el pasado mes de mayo junto a otros tres presuntos militantes de ETA.

Al tomar la palabra, el que fuera parlamentario de Euskal Herritarrok durante dos legislaturas recordó su militancia política y que su actividad siempre había sido pública hasta que entró en la clandestinidad «porque los estados desarrollan una política de conculcación y persecución de los derechos políticos y civiles de los independentistas vascos». Denunció que en Euskal Herria se vive una situación de «estado de excepción».

De su intervención, resultaron destacables las alusiones a la necesidad de cambio de ciclo político, en el que, según sus palabras, se puedan desarrollar y materializar todas las ideas y todos los proyectos.

El problema, con un pueblo

Con la vista puesta en el futuro, Salaberria apostó por un acuerdo entre las formaciones vascas que garantice el derecho de autodeterminación y resuelva la cuestión de la territorialidad, y en ese marco hizo alusión a la negociación que deberá abordarse con los dos estados, «para que respeten la decisión de los vascos».

«Durante 30 años las autoridades españolas han dicho que tenían un problema con ETA», explicó el preso, para añadir a continuación que «fracaso tras fracaso, ahora dicen que el problema es la base social y las organizaciones independentistas». Sin embargo, a juicio del ex parlamentario, «el problema en realidad lo tienen con todo un pueblo».

Otros dos presos

La de Salaberria no fue la única vista por reclamación de euroorden habida ayer en el Tribunal de París. Otros dos presos políticos vascos también tuvieron que comparecer por sendas demandas españolas, lo que aprovecharon ambos para hacer declaraciones de claro carácter político.

Uno de ellos, Xabier López Peña, fue detenido precisamente junto a Salaberria en Burdeos el 20 de mayo pasado. López Peña, natural de Galdakao, mostró su solidaridad con el pueblo palestino y denunció la actuación israelí en Gaza.

En cuanto a Euskal Herria, denunció la práctica de la tortura, que, según sus palabras, va en aumento. De hecho, en su anterior comparecencia por otra petición de euroorden denunció esa realidad y, desde entonces, según dijo ayer, se han dado nuevos casos. Resaltó también la existencia de un conflicto político fruto de la imposición, y abogó por el Estado vasco.

La tercera prisionera en declarar ayer por una euroorden fue Leire López Zurutuza, arrestada el pasado 17 de noviembre en Cauterets, junto a Garikoitz Aspiazu. En su intervención ante el tribunal, la beasaindarra denunció la realidad de la tortura en el Estado español y acusó al francés de colaborar con esa práctica al entregar a ciudadanos vascos. Recordó también que, en la actualidad, hay 750 presos políticos con durísimas penas de cárcel. También fijó como objetivo político la constitución del Estado vasco.