Al margen de las consideraciones que puedan hacerse sobre sus conclusiones, «Think Gaur Euskadi 2020» constituye un proceso innovador en el ámbito de los partidos vascos, que ha exigido un gran trabajo colectivo hecho contrarreloj y que ha necesitado de un elevado capital humano y también de un considerable gasto presupuestario. Iñigo Urkullu ya anunció en su discurso de investidura, el 2 de diciembre de 2007, un «Plan Euzkadi 2025» pero, tras el susto de las elecciones al Congreso y Senado, aquello se aceleró, se acortaron plazos y se le puso un nombre más cosmopolita que algún miembro del propio EBB abreviaba irónicamente como «El Chingau». Pese a las bromas, lo cierto es que los promotores del proceso se tomaron la tarea en serio. El trabajo se ordenó en cinco grandes áreas de innovación, políticas sociales, sostenibilidad, cultura y la llamada Euskadi-Europa y Horizonte Constitucional. A cada área se le asignó un coordinador y ha contado con especialistas locales e internacionales. El proceso se ha basado en determinar un catálogo de necesidades y buscar en qué punto del mundo puede considerarse que se han resuelto de manera más acertada, para trasladar luego aquí esas experiencias. Eso ha dado lugar a una disección pormenorizada de la situación de la CAV en el ámbito político, social, económico y cultural y en la elaboración de un rosario de medidas de actuación en cada uno de los campos. Con todo ello se ha elaborado lo que Iñigo Urkullu ha definido como «un nuevo contrato social que EAJ-PNV adquiere con la sociedad vasca». El anterior databa del 28 de febrero de 2005 y entre otras cosas decía: «Si el Estado vuelve a negarse a abrir un proceso de negociación, la sociedad vasca será consultada para que rati- fique el proyecto aprobado por la mayoría absoluta del Parlamento vasco».