Alemania sufrirá en 2009 la peor recesión desde la II Guerra Mundial, con un retroceso del Producto Interior Bruto (PIB) del 2,25% y una caída de las exportaciones, el principal motor de su economía, de casi el 9%, según indicó el ministro de Economía, Michael Glos, en la presentación en Berlín de las previsio- nes económicas del Gobierno para este año. «Me niego a hablar de crecimiento negativo. A mí me gusta decir las cosas claramente y por eso hablo de retroceso económico», manifestó. Glos advirtió de las consecuencias negativas que puede tener dibujar un panorama demasiado pesimista y por eso subrayó que el Ejecutivo ve ya primeros claros de luz para la segunda mitad de año. «Estamos en condiciones de superar la crisis», indicó para añadir que, en comparación con otros estados, Alemania todavía tiene la suerte de haber entrado en la situación actual con unos presupuestos bastante consolidados y una economía robusta.

Glos aseguró que la crisis no ha tocado fondo y que los problemas de bancos y mercados en el mundo todavía se acentuarán. «Las turbulencias en los bancos todavía no se han superado», dijo.

Para el año en curso, las previsiones parten de un claro derrumbe de las exportaciones, un 8,9%, y de las importaciones, un 5%; las inversiones en bienes de equipo caerán previsiblemente un 11,9%. El consumo privado, en cambio, que durante años fue el punto flaco de la economía, registrará un crecimiento, aunque mínimo, del 0,8%. El desempleo aumentará en unas seis décimas, hasta el 8,4%, lo que se traduce en 3,5 millones de personas en paro.

Para este año, el Gobierno alemán cuenta con un índice de inflación de tan sólo el 0,5%, tras el 2,6% en 2008.

Informó de que, a diferencia de otros gobiernos que están dando ayudas directas a algunos sectores industriales como el automotriz, el alemán no tiene previsto medidas similares. Recordó que han respaldado al sector a través de incentivos fiscales y ayudas a las personas que compren un coche nuevo, pero que no tienen previsto dar inyecciones directas. «No lo hacemos porque no hay motivos, pues ninguna empresa automovilística está con problemas serios, con la salvedad de Opel que ha solicitado un aval estatal por la crisis que sufre su casa matriz en EEUU», subrayó.