La constitución formal ayer de la nueva Fuerza de Seguridad de Kosovo (FSK), cuyo reclutamiento voluntario se realiza bajo control de la OTAN y continuará hasta el 14 de febrero, ha irritado a Belgrado, que la considera una amenaza para su seguridad. Muchos comandantes de la FSK son veteranos del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), la guerrilla independentista que combatió a las tropas serbias en 1998-1999.

El ministro serbio de Asuntos Exteriores, Vuk Jeremic, señaló, al respecto, que «Serbia no puede percibir de otra manera la también llamada FSK, excepto como una amenaza directa a su seguridad nacional en la región de los Balcanes occidentales».

Por eso, insistió en que su país va a continuar con sus «firmes protestas utilizando todos los esfuerzos y herramientas diplomáticas», con el fin de que se inicie un proceso de desmantelamiento de este grupo paramilitar.

La FSK tendrá 2.500 soldados y 800 reservistas, pero serán necesarios varios años -de dos a cinco- antes de que su operatividad sea total, aunque ambiciona ser operativo con 1.500 hombres el próximo mes de setiembre. La FSK reemplazará a los Cuerpos de Protección de Kosovo, una fuerza de protección civil compuesta por 3.500 hombres, en su mayoría procedentes del UCK que luchó contra el Gobierno serbio. La constitución de la FSK se produjo inmediatamente después del desmantelamiento de los Cuerpos de Protección.

Jeremic aseguró ayer que la FSK violó la resolución 1.244 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, una resolución que establecía, entre otras condiciones, la obligación de desmilitarizar al UCK.