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Testimonios de la actuación policial

Uno de los detenidos

“¿Qué te ha pasado?” “ Uno de vosotros me ha agredido”. “Pues entonces estás detenido”.

Una de las personas detenidas y agredidas el sábado que dio su testimonio ayer declaró que cuando tras la marcha volvía a Urbina con otras treinta o cuarenta personas dos ertzainas les cortaron el paso y les hicieron ir por otra senda a las inmediaciones de un caserío. «A uno de nosotros lo apartaron enseguida detrás de un patrol y lo golpearon», explicó.

Este joven, que compareció con la cara marcada y amoratada por los golpes, agrega en su testimonio que en un momento dado ordenaron a la mayoría que se marchara de allí, dejándoles sólo a cuatro de ellos. De éstos, fueron soltando a todos menos a él.

Relata que le dijeron en un primer momento que anteriormente había sido acusado de «atentado a a autoridad» y que cuando él lo negó, «sin mediar palabra», le dieron un tortazo. Luego, tras caer en la cuenta de su error, el ertzaina que le había golpeado le echó en cara haber militado en Ikasle Abertzaleak –trece años antes–, y le pegó un puñetazo y una patada en la cara, antes de dejarle marchar.

Cuando llegó a Urbina la gente que estaba allí «me vieron la cara y quedaron perplejos y asustados. Yo sangraba abundantemente de la ceja y tenía un pómulo completamente hinchado». «Me ayudaron a limpiarme las heridas y me informaron de que en la bolera se estaba rcogiendo los nombres de los consusionados –continúa–. Yo entré allí e informé a una chica de lo que me había sucedido. Ella me recomendó que pasase rápidamente por las ambulancias que había en el pueblo». Lo peor aún estaba por llegar.

Explica que cuando llegó a la ambulancia empezaron a curarle la herida. «De repente –señala–, apareció un ertzaina y me preguntó en perfecto euskara: zer gertatu zaizu?». Él respondió, «zuetako batek jo nauela». Y entonces el agente, «ba orduan atxilotuta zaude». «Zergatik?» «Por desórdenes públicos». Ante lo que no pudo menos que inquirir: «¿Me detenéis porque me habéis pegado?». Y se lo llevaron.

Phil MILLER

Relato remitido por email a GARA por Phil Miller, quien tras recorrer medio mundo lleva años en Euskal Herria.

«Soy viajero y he sido afortunado de vivir en diversos países como: Perú, Bolivia, Zimbabwe, Holanda, y el Reino Unido. Después de muchos kilómetros me encuentro aquí en este hermoso país que es Euskadi. Mis experiencias me llevan a una conclusión: que la apariencia y el comportamiento de la Policía de un país dice mucho de la situación de dicho país, es como un barómetro de la coyuntura política.

Después de once años aquí viviendo tranquilamente me surgen unas inquietudes sobre varios proyectos y en concreto con el TAV.  Un presupuesto que simplemente no cuadra. Por eso he acudido a la manifestación en Urbina.  Mi intención: levantar la mano y decir ‘Que no!’.  Sin más no he tirado piedras ni insultos. No obstante, en el camino hacia casa la Policía nos ha encerrado debajo de un puente y nos han disparado con sus pelotas de goma y golpes. Recibí un pelotazo en el pie y tuve que ayudar a otro que quedaba inconsciente por haber recibido un pelotazo en la nuca. Después se me acercaba un ertzaina. Tuve tiempo para mirarle a los ojos, levantar las manos y decir ‘nos vamos’ tres veces, pero me golpeó en la cabeza de todos modos. Pena para él. ¿Qué dice todo esto sobre este país? Tú decides, pero yo veo que manifestaciones que acaban en enfrentamientos sólo nos llevan a lo que no queremos. Policías que responden con la mano dura sólo alimentarán el fuego.

¡Piensa un poco! Todos tenemos las mismas ganas de ser felices.  Perderemos la paz y lo perderemos todo. Somos todos responsables y tendremos que vivir con las consecuencias de nuestras acciones. No veo que el TAV traiga buenas consecuencias para este bonito país. Vosotros decidís. Con esperanza, Phil Miller».