El fútbol es imprevisible -y con equipos como el Sporting de por medio, quizá más-, las rachas no sirven de nada en el momento que suena el pitido inicial, la Copa es el torneo de las sorpresas... Todo ello es cierto, pero también lo es que el Athletic camina con un paso tan firme en los últimos tiempos que todas las amenazas son pocas ante la ilusión que rodea ahora mismo a los rojiblancos.

Ilusión tan firme como comprensible. Por la trayectoria que viene marcando el equipo y por la necesidad de revivir acontecimientos con demasiadas capas de polvo encima. Queda mucho camino por delante, pero incluso para alcanzar la cima del Everest hay que empezar por dar el primer paso.

Y en este caso no es otro que el encuentro de ida de los cuartos de final de la Copa que Athletic y Sporting disputan hoy en San Mamés. Un partido en el que los rojiblancos, lógicamente, quieren dejar la eliminatoria encarrilada, de manera que en El Molinón no haya que sufrir más de la cuenta. Los datos, ahora mismo, les sonríen. A nadie se le escapa que el equipo de Joaquín Caparrós atraviesa su mejor momento, no ya de la temporada, sino desde que el técnico sevillano llegó al banquillo. Algo que no se puede decir de un Sporting que ha empezado a flojear y que en las últimas fechas parece vivir incluso alguna batalla interna. El último referente, además, pasa por el 3-0 que firmaron los bilbainos hace un mes, en la visita liguera del Sporting a San Mamés.

Frente a todo ello, el carácter del que han dado buena muestra los asturianos desde su regreso a Primera. Mal haría el Athletic en confiarse, aún tomando ventaja; hay muchas posibilidades de que acabase lamentándolo, bien hoy, bien la próxima semana, si no hay un resultado realmente contundente de por medio.

Por éso, y porque es uno de los referentes habituales en su discurso, Joaquín Caparrós establece como una de las bases fundamentales del éxito la concentración. Y, por extensión, reniega de cualquier tipo de euforia. «Igual que en las situaciones negativas el profesional tiene que estar por encima de ellas, en un estado de euforia no puedes creer que eres el mas guapo porque es cuando te la pegas. Hay que ir con la máxima humildad haciendo tu trabajo al mil por mil porque cualquier rival te puede dar un revolcón», advierte el técnico.

Caparrós, además, está convencido de que «la eliminatoria se ha de resolver en Gijón», por lo que considera doblemente imprescindible afrontar los dos encuentros «a corazón abierto» y «con la máxima concentración». Algo de lo que no duda, pese a la paliza que se están dando sus jugadores. «En el vestuario se nota que este es un grupo con muchísima ambición y que saben desconectar de cada competición», aseguró.