Aitor ibarguren Bilbo
La amenaza fantasma
En primer lugar quiero mostrar mi solidaridad con los últimos detenidos y en especial con Amparo Lasheras, cuya firma en estas páginas nos aporta una visión crítica y coherente de lo que tiene que ser la labor periodística en Euskal Herria. Felicito también a GARA por hacer ver tan gráficamente que su detención y encarcelamiento suponen, entre otras cosas, un ataque a la libertad de expresión. Sorprende que quienes hace pocas semanas bramaban por esa misma libertad no tengan ni siquiera el mínimo gesto, ni siquiera corporativo, de denunciar la detención de esta reconocida periodista.
En segundo lugar, y en ese contexto, quiero expresar mi sorpresa ante el artículo de Gorka Andraka del sábado pasado, titulado «Los periodistas de ETA». En él decía, haciendo referencia tan sólo a la organización armada, que seguiría «jugándosela» en cada línea escrita. Pero mientras él escuchaba a su juguete -ver foto-, Amparo estaba esposada. No sé si se la jugará, pero parece evidente que ha caído en el juego que imponen quienes ostentan el poder.