El auditorio Kursaal acogerá el próximo 21 de febrero el estreno en formato de concierto teatralizado de «Juan José», la ópera inédita del compositor donostiarra Pablo Sorozábal, uno de los más destacados autores de obras sinfónicas y del género lírico (zarzuela y óperas chicas) del siglo XX. Autor de éxitos como «Katiuska» (1931), «La del manojo de rosas» (1934) o «La tabernera del puerto» (1936), por cosas de la historia y del público, vio como sus dos mejores trabajos -«Adiós a la bohemia» (1933), en la que el libreto es de Pío Baroja, y «Juan José»- o no llegaron a ser comprendidas en su época o, simplemente, no llegaron a estrenarse.

Ahora «Juan José» por fin se representará, en dos citas, una segunda pocos días más tarde del estreno en Donostia. Será en el Auditorio Nacional de Música de Madrid y todo el proyecto concluirá con la grabación de un disco. Esta iniciativa supone todo un hito para Musikene, el centro de enseñanza superior de música enclavado en el Palacio Miramar de Donostia, porque es la consecuencia de dos años de trabajo y toda un apuesta: alumnos -la Orquesta Sinfónica de Musikene y algunos de los cantantes del reparto- y profesores -el director musical, José Luis Estellés; junto a tres de las protagonistas femeninas, tres conocidas voces como Ana María Sánchez, Maite Arruabarrena y Olatz Saitua-, codo a codo a cantantes profesionales como el prestigioso barítono Manuel Lanza -parece que algunos de ellos se han rebajado el caché- pondrán en escena un «Juan José» en el que cada uno de sus detalles tiene un componente especial. Y una carga emotiva, y simbólica, nada desdeñable.

Como apuntaba ayer el coordinador general de Musikene, Juan José Pujana, todos los que participan en este proyecto son conscientes de que «no es una obra cualquiera: es la mejor de Sorozabal». Musikene, así, rescata del olvido y «recupera para el patrimonio de este país» una composición que, en otro caso, continuaría injustamente abocada al olvido. «Juan José» ese convierte, además, un vehículo de lujo para mostrar el entusiasmo y la interacción de los estudiantes de música con Pablo Sorozabal, ya que la mayoría no había nacido cuando el longevo compositor murió, además de que servirá casi como de prácticas por la posibilidad que se les ofrece de trabajar con músicos profesionales.

La versión que se pondrá en escena será en concierto, aunque ayer anunciaron sorpresas que no quisieron desvelar debido a la incorporación al proyecto del director de escena Ignacio García, autor, se supone, de una propuesta más teatral.

El nieto del compositor guipuzcoano, Pablo Sorozabal, no pudo evitar emocionarse ayer al contemplar la foto de su abuelo, realizada por su padre (también compositor) que ilustra el cartel anunciador del concierto. Consciente de que con este estreno se cierra un círculo, Pablo Sorozabal recordó a su abuelo tocando algunos fragmentos de la ópera en su piano en su casa de Madrid, donde él también vivió durante largos años. Su nieto, que entonces tenía 7 años, fue incorporado en el personaje de Pablotxo y también aparece su hermana Teresita. El compositor solía decir que era su mejor obra y que «había puesto toda la carne en el asador». Estaba también muy orgulloso de haber escrito el libreto, prescindiendo de algunos elementos superfluos como los coros y los números de baile. De hecho, cambió el final de «Juan José» en la versión concierto, porque no le convencía la teatral, mucho menos contundente.