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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Un diagnóstico agónico

A José Antonio Zarzalejos se le conoce por estos pagos por su dilatada trayectoria en los medios de la derechona españolista más ortodoxa. De «El Correo Español» emigró al «Abc» madrileño y allí recibió la patada justo en el lugar donde la espalda pierde su digno nombre. Ahora predica desde «Estrella Digital», donde ayer le zurraba de lo lindo al PP de sus amores y odios. O sea, sus filias y sus fobias.

Zarzalejos se ha alineado contra Esperanza Aguirre y cía. y, para dejarlo claro, señalaba: «Bonito repertorio de fracasos los del Gobierno de Madrid, que ha culminado esta escalada de yerros con la trama del espionaje presuntamente fraternal o fratricida, según se mire, de la que Esperanza Aguirre, y sobre todo Ignacio González, quieren salvarse declarando una guerra civil en el partido que preside (¿) Mariano Rajoy. A lo que se ve, pueden hasta conseguirlo». Ya ven cómo bajan las aguas en la derechona.

Para más inri, Zarzalejos advertía a quien quisiera leerle que «lo que ya han herido de muerte en el electorado del PP es la confianza y la fiabilidad. Ante su potencial audiencia el partido aparece en trance de descomposición». Malo, malo.

Resulta interesante repasar el diagnóstico de Zarzalejos. Y, sobre todo, observar cómo han llegado a ese punto: «La derecha española ha cometido en estos años -desde el 2004 hasta el presente- tres errores inmensos. El primero, engancharse a la conspiración (paranoica) del 11-M. El segundo, haber dejado crecer en Madrid el autoritarismo falsamente liberal de Esperanza Aguirre y de su entorno, que por procedimientos en muchos casos heterodoxos ha implantado en la Comunidad un régimen que no es mejor que otros feudos socialistas. Y el tercero, haberse entregado a la estrategia del sector más reactivo de la jerarquía eclesiástica. Todos estos errores están cohesionados por una estructura mediática que ha pretendido, y en buena medida también conseguido, un control populista sobre la capacidad decisora del PP con la connivencia de Esperanza Aguirre, que proyectaba su trayectoria al liderazgo nacional». O sea, que Zapatero lo tiene más chupao que Joe Rigoli. Habrá que ver a quién ponen después de Rajoy. No se hagan ilusiones, por favor.

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