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Open de Australia

Nadal hace llorar a Federer tras otra final memorable

El número uno del mundo se impone al suizo por 7-5, 3-6, 7-6 (3), 3-6 y 6-2 en cuatro horas y 23 minutos.

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Miguel LUENGO | MELBOURNE

Rafael Nadal conquistó su sexto título del Grand Slam, el primero en Australia, al derrotar a Roger Federer en Melbourne. El español se impuso por 7-5, 3-6, 7-6 (3), 3-6 y 6-2 en cuatro horas y 23 minutos para destrozar al suizo, quien rompió a llorar en la entrega de trofeos y no fue capaz de articular palabra, hasta en un segundo intento minutos después, en el que también tuvo que detenerse porque su garganta no le daba aliento. «Rafa tú lo mereciste, fantástica final, y gran temporada el pasado año», dijo como pudo.

Nadal le abrazó y luego le dedicó lo mejor de su discurso. «Lo siento», le respondió. «Sé realmente lo que siente y lo duro que es, pero tu eres el mejor de la historia y seguro que igualarás los 14 de Sampras. Me encanta jugar contra ti y te deseo lo mejor para el resto de la temporada. Recibir el trofeo de manos de Rod Laver es un sueño para mí», expresó el mallorquín.

Nadal ganó como auténtico número uno del mundo que es, sufriendo en la pista, sobreponiéndose al dolor y dosificando sus energías después de la épica batalla que libró contra Fernando Verdasco en semifinales.

En esa ronda sufrió durante cinco horas y 14 minutos, en el partido más largo en la historia de este Abierto. Tuvo después la entereza mental y física para vencer al suizo al límite de sus fuerzas con una sangre fría espectacular. En dos partidos, con día y medio de descanso, sumó más de nueve horas y media de lucha. Esa es su gloria.

El de Manacor, que ya evitó que Federer rompiera el récord de Bjorn Borg de cinco títulos de Wimbledon ganados consecutivamente en el último duelo en el All England Club el año pasado, en el considerado mejor partido de la historia, y el más largo de los anales allí, hizo naufragar de nuevo a Roger, que buscaba igualar los 14 grandes del estadounidense Pete Sampras.

Esta vez no fue una derecha de Federer a la red la que le dio el triunfo como en Londres, sino una larga al fondo, a la tercera bola de partido, tras la que Nadal se tumbó de espaldas en la pista azul de la Rod Laver Arena tras vencer al tricampeón de este torneo.

Ahí conseguía ese triunfo, y en pista dura, donde a Nadal le faltaba un grande para ser todavía más número uno, un puesto que asegura más ahora con casi 3.000 puntos, convirtiéndose en el primer zurdo que triunfa aquí desde el checo Pter Korda en 1998.

El mallorquín se superó a sí mismo para lograr su título número 32, el primero del año y cambiar de registro. Ahora, con la experiencia de sus cuatro triunfos de Roland Garros y uno de Wimbledon, su mentalidad puede encaminarse a otra conquista, la del verdadero Grand Slam, si es capaz de vencer en Flushing Meadows, donde el año pasado fue semifinalista.

Nadal ganó el primer set en 59 minutos, después de ir perdiendo 4-2, rompiendo a su rival en el undécimo y cerrando con un genial punto desde el fondo. En el segundo tuvo opciones, cuando tras robar el saque se colocó con 3-2 y servicio y 30-30, pero Federer, en una gran reacción, ganó cuatro juegos seguidos que hicieron mella en Nadal.

En el tercero el español siguió a remolque, remando ante un Federer lanzado. Pero fue capaz de levantar un 0-40 en el noveno y otros tres puntos de rotura en el undécimo. En esas seis defensas se afianzó para disponer de un punto de set a favor en el duodécimo que se le escapó por poco. No obstante, en el desempate, mantuvo la cabeza fría para ganarlo y resistir adelante.

Federer se puso por delante en el cuarto con 2-0, pero Nadal quebró a continuación sin importarle demasiado. Luego en el sexto, tras haber dispuesto de cinco oportunidades para romper, cedió su saque (4-2) y la cuarta manga. Cualquiera se hubiera hundido, pero no Nadal.

Después de tres horas y 49 minutos de lucha extenuante, con ambos entregados, sin bajar la guardia, Nadal fue un coloso en el quinto parcial, el que decide al campeón. Pocos jugadores hubieran resistido tanta presión, más después de su desgaste en semifinales. Pero el de Manacor quebró en el cuarto juego (3-1) y ahí vio el triunfo cerca. Fue a la tercera bola de partido cuando Federer comprobaba que había perdido.

«Una derrota como ésta hace mucho daño»

Roger Federer no pudo evitar llorar. «Una derrota como ésta hace mucho daño, es duro. Sobre todo cuando la final también se ha apretado mucho como la de Wimbledon (en 2008). Tuve muchas ocasiones, fallé en la mayoría y eso me costó la victoria. No serví bien tampoco. Hice algunas dobles faltas estúpidas. Intenté encontrar mi ritmo durante todo el partido pero no pude y eso que he luchado, ha sido un gran combate». El suizo admitió estar contento con su juego, a excepción del servicio y del nivel demostrado en el quinto set. También comentó que era consciente que la semifinal del viernes no iba a pasar factura a Nadal: «Sabía que la semifinal no iba a afectarlo». Respecto al hecho de poder igualar la marca de Pete Sampras, con 14 títulos del Grand Slam, fue cauto: «Ahora es imposible decirlo, hay que esperar las consecuencias de este partido. Pero voy a seguir trabajando muy duro. Sé que voy a tener mi oportunidad en Roland Garros, porque sé que puedo jugar bien sobre tierra batida», concluyó Federer, número dos del mundo. GARA

AMBIENTE

15.000 espectadores llenaron el recinto. Hubo distintas pancartas, unas pidiendo matrimonio al de Manacor, en español y en inglés, y otra suplicándole la victoria para festejar un cumpleaños.

Rod Laver fue homenajeado antes de la final

La organización homenajeó justo antes de la final a Rod Laver. La pista central del Abierto de Australia es para él el símbolo más fiel de su carrera. «Es un gran honor para mí que esta pista lleve mi nombre», dijo, «es algo que siempre agradeceré al estado de Victoria».

LA COPA

Rod Laver, la leyenda viviente y el único hombre que ha sido capaz de reunir dos veces el Grand Slam -ganar los cuatro grandes el mismo año-, fue el encargado de entregar el trofeo.

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