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3.229 fallecidos y 62.909 contagiados por cólera en ZImbabWe

La ONU no ha recibido ni un euro para hacer frente a la dramática epidemia de cólera en Zimbabwe

El número de muertos por la epidemia de cólera en Zimbabwe se eleva a 3.229 tras el fallecimiento de 53 personas en las últimas horas. La ONU teme que la epidemia -una de las más virulentas jamás registradas en el mundo- se propague más rápidamente y se extienda a los países vecinos. Zimbabwe está sumido en el caos, con un gobierno en transición, el país en bancarrota y un sistema sanitario inexistente.

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GARA | HARARE

«El número de casos es demasiado alto y la epidemia, lamentablemente está lejos de ser controlada», aseguró ayer en rueda de prensa el doctor Eric Laroche, director general adjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para emergencias sanitarias. Su portavoz, Fadela Chaïb, insistió en que «el cólera está fuera de control, algo que no cambiará en un futuro próximo», y añadió: «Desgraciadamente nos acercamos al peor de los escenarios». En las últimas veinticuatro horas se han registrado 1.672 contagios, lo que aumenta a 62.909 los casos de esta enfermedad, cuya tasa media de mortalidad en el país africano se sitúa en el 5,2%.

Según Laroche, uno de los principales problemas es que el personal sanitario no percibe sus salarios y, aunque Unicef desbloqueó cinco millones de dólares para hacer frente a estos pagos, el dinero no ha llegado a los trabajadores por la escasa circulación monetaria.

Otra de las quejas es la poca presencia en Zimbabwe de ONGs dado que el régimen del presidente Robert Mugabe impide o dificulta la entrada a las entidades humanitarias.

El representante de la OMS precisó que el contagio fue muy rápido porque no se detectó el comienzo de la epidemia, y puntualizó que aunque la respuesta es ahora la correcta, es extremadamente difícil frenar la enfermedad.

De hecho, en la actualidad hay 217 centros sanitarios distribuidos en todo el país; sin embargo, el número de enfermos que mueren en sus propias casas sigue siendo muy alto.

Por ello, todas las agencias de Naciones Unidas están haciendo especial hincapié en las campañas de información, para que la población entienda los mecanismos de contagio y de control de la enfermedad. La OMS reconoce que es «extremamente difícil» hacer una predicción de cómo va a evolucionar la epidemia, que estalló en agosto y que es «una de las más virulentas jamás registradas en el mundo».

No obstante, la única solución es seguir presente en el terreno y contar tanto con personal sanitario capacitado, como con medicinas y, por supuesto, con dinero para poder hacer frente a ambos gastos.

La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) lanzó el pasado noviembre un llamamiento de 567 millones de dólares para hacer frente a las actividades de Naciones Unidas en Zimbabwe en el 2009. «A día de hoy no hemos recibido ni un sólo centavo», afirmó la portavoz de la OCHA, Elisabeth Byrs. Ante la magnitud de la tragedia, y a pesar de la nula donación hasta la fecha, la OCHA va a revisar al alza el monto del llamamiento en los próximos días.

La temporada de lluvia que dura en Zimbabwe de enero a marzo no hace más que complicar la situación, ya que la epidemia se propaga por las aguas contaminadas, y dificulta el envío de la ayuda de urgencia.

Beitbridge

Una de las escasísimas organizaciones de ayuda médica y humanitaria que trabajan sobre el terreno es Médicos Sin Fronteras (MSF). De los testimonios de sus equipos podríamos destacar la grave situación registrada en la ciudad sureña de Beitbridge (en la frontera con Sudáfrica), que está siendo especialmente golpeada por este brote.

Se trata de una ciudad de 50.000 habitantes, de los cuales más de 1.500 han contraido ya la enfermedad. La calidad del agua es ínfima en Beitbridge y las condiciones sanitarias pésimas. Éste es el entorno en el que se está propagando la bacteria del cólera: zonas rurales muy pobres, sin agua potable y sin recursos sanitarios. Los casos se propagan a toda velocidad desde el pasado mes de noviembre, y cada semana que pasa aumenta el número de aldeas afectadas, de modo que, según los expertos, aún no se ha llegado al pico de la epidemia en las zonas rurales y más pobres del país.

Sin embargo, allí donde la intervención sanitaria ha comenzado, por ejemplo en Harare, comienza a disminuir el número de casos. En cualquier caso, tal y como subraya MSF, la situación es muy preocupante porque el cólera ha aparecido en zonas que habían presentado muy pocos casos, o ninguno, en brotes anteriores.

Países vecinos

En los países vecinos de Zimbabwe han aparecido ya casos de cólera, por ejemplo en Zambia (como destacamos en una de las entresacas), pero los equipos de MSF consideran que, por el momento, no hay datos concluyentes para afirmar que están relacionados con la epidemia de Zimbabwe: «De momento, creemos que son episodios locales de la temporada de cólera».

Sin embargo, Médicos Sin Fronteras está muy preocupada por el deterioro de la situación en Zambia. Del 3 de octubre de 2008 al 21 de enero de este año se han registrado 1.169 casos de cólera sólo en la capital, Lusaka, pero en las cuatro últimas semanas el número de casos detectados y de fallecimientos ha aumentado «dramáticamente», según el término utilizado por MSF, que ha reforzado sus equipos en Lusaka ante el deterioro de la situación. En el periodo de una semana, desde el 12 al 18 de enero, se reportaron 301 nuevos casos. El número de muertes acumuladas aumentó a 36, lo que supone una amenaza para las autoridades locales y las estructuras de salud.

La necesidad de agua potable es tan urgente como la atención sanitaria a los afectados. De hecho, tal y como describe el jefe de la misión de MSF en Zambia, Jon Irwin, el escenario se repite sobre la ya visto en Zimbabwe: «El brote se extiende sobre todo en las áreas urbanas periféricas, en los suburbios caracterizados por una enorme sobrepoblación y la falta dramática de agua y de facilidades sanitarias».

Médicos Sin Fronteras está vigilando con especial atención la evolución del brote de cólera en la zona de Chirundu, fronteriza con Zimbabue.

Crisis olvidada

Zimbabwe es protagonista del último informe de Médicos Sin Fronteras sobre las diez crisis humanitarias más desatendidas. En su informe de 2008, la organización médico-humanitaria destaca que la situación en Zimbabwe se caracteriza por el colapso económico y la violencia política. MSF subraya que, aunque el país vive una grave crisis desde hace años, en 2008 se ha deteriorado hasta unos niveles alarmantes, con una inflación indescriptible, escasez de artículos de primera necesidad, represión de partidarios de la oposición y restricciones adicionales contra las organizaciones humanitarias.

Esta crisis es particularmente perturbadora para los dos millones de personas afectadas con VIH/sida. Según la ONU, debido a la pandemia (a la que se suma ahora el cólera) la esperanza de vida ha caído en picado hasta los 34 años. Sigue, además, el éxodo de la población: tres millones han cruzado ya a Sudáfrica, algo sin precedentes para un país que no está en guerra.

La Unión Africana solicita levantar la sanciones a Zimbabwe

La Unión Africana (UA) solicitó el pasado sábado el levantamiento de las sanciones contra Zimbabwe, tras el anuncio hecho por el principal partido de la oposición sobre su entrada en un Gobierno de unidad nacional.

El Consejo Ejecutivo de la UA considera imprescindible levantar las sanciones para poder mejorar la situación humanitaria por la que atraviesa el país. El presidente de la Comisión de la UA, Jean Ping, añadió que «todo el mundo debe hoy ayudar a Zimbabwe a reconstruir su economía».

La UA, que cerrará hoy su cumbre de Addis Abeba, ha recibido con satisfaccción el calendario convenido para la formación de un Gobierno de coalición.

Por otra parte, la UA ha aplazado la creación de los «Estados Unidos de África» con un modelo similar al de la Unión Europea. El presidente de Tanzania y titular de turno de la organización, Jakaya Kikwete (a quien relevará al-Gadafi), afirmó ayer que la cumbre ha decidido transformar la Comisión de la UA en una Autoridad de la UA, como paso hacia un Gobierno de la Unión Africana, y explicó que el órgano ejecutivo de la organización tendrá mayores competencias.

La UA, que reemplazó en 2002 a la OUA, cuenta con una Comisión al estilo de la UE, un Consejo de Paz y Seguridad, cuyas resoluciones no son vinculantes, y también con un Parlamento Panafricano, que se reúne dos veces al año en su sede establecida en Sudáfrica, pero que funciona más como organismo asesor que legislativo. Emmanuel GOUJON

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