No es ningún secreto: el servicio de scouting del Tau Baskonia, liderado por Alfredo Salazar y con la reciente ayuda de Juan Pedro Cazorla, lleva una buena temporada haciendo un gran trabajo. La dureza del medio y la grandeza de los objetivos dictan sentencia y el trabajo bien hecho y buenas dosis de suerte hacen que el conjunto alavés luche cada verano en el mercado con un acierto inusual. De hecho, hay quien juega con más cartas, con más activos económicos y no acierta ni la mitad.

José Calderón, Andrés Nocioni, Luis Scola, Fabricio Oberto, Roko Ukic, James Singleton y Raja Bell son jugadores que, de una forma o de otra, han pasado por Zurbano. Algunos han sido una apuesta casi de cantera, otros fichajes a golpe de talonario, alguno pasó como un rayo por la plantilla gasteiztarra.

Todos, o casi todos, aportaron algo, obtuvieron títulos y salieron del club por una misma causa y con un único destino: la NBA. La competición de los sueños o la dictadura económica del deporte profesional americano ha obligado al Tau a desprenderse de jugadores que podían haberlo convertido en un club todavía más exitoso en la primera línea del baloncesto FIBA. La reconversión ha sido el mayor arma de Kerejeta y los suyos ante el canto de sirena yankee.

Y es que, el problema, no es únicamente económico. La NBA es el sueño de casi todos los mortales que un día vieron a semidioses botar la pelota naranja, y quedaron prendados con la imagen de balón besando la red. Ante eso, salvo en contadas ocasiones, no se puede competir ni con dinero.

Por ese sueño salieron un buen día de Gasteiz José Calderón y Andrés Nocioni. El primero rumbo a Canadá, donde Toronto Raptors buscaba meter la cabeza en play offs tras una corta reconstrucción después de la desbandada de Vince Carter. El segundo lo hizo con dirección a Chicago, donde la anarquía reinaba, y reina, bajo la alargada sombra de Michael Jordan. Lo mismo hizo algo más tarde Luís Scola para jugar en Houston Rockets.

El camino al estrellato

Es el papel de estos tres hombres el más importante de los ex del Baskonia que militan en la actualidad en la NBA. Calderón fue un poco arrinconado en sus inicios, pero fue ganándose un respeto que tanto Nocioni como Scola sí obtuvieron desde un inicio en Bulls y Rockets.

Al atlético base extremeño le costó una temporada adelantar por la izquierda al base y jugador franquicia TJ Ford. Pese a que la siempre interesada prensa española inflase las posibilidades de Calderón, éste supo valerse de su inteligencia y su sacrificio para pescar un buen contrato y convertirse en titular indiscutible de su equipo. Hoy por hoy es uno de los mejores bases del Este, si bien es cierto que la escasez existente en este puesto es alarmante.

Nocioni y Scola necesitaron menos tiempo que Calderón, aunque posiblemente nunca alcanzarán el status que podría alcanzar el español. Nocioni peleó duro para ser titular y se convirtió en una referencia para un equipo regular. Scola, por su parte, nunca se amilanó en unos Rockets con muchas estrellas y pocos éxitos, en los que parece querer anotar hasta el chaval de la mopa.