El contacto con el amianto coloca a muchos trabajadores en el «corredor de la muerte»
El contacto prolongado con el amianto provoca graves enfermedades, entre ellas, una variedad de cáncer denominada mesotelioma pleural, tal y como han certificado de forma concluyente numerosas investigaciones médicas. Sin embargo, décadas después de que se haya demostrado que el amianto está en el origen de enfermedades laborales graves, todavía hoy tienen que ser las autoridades sanitarias y los tribunales los que obliguen a las empresas a hacerse responsables de los daños causados por el incumplimiento de las medidas de prevención que establece la ley.
El juzgado de lo social de Bilbo veía ayer mismo un caso en el que la empresa Flesic, de Iurreta, demandaba a un trabajador -al que le han detectado placas pleurales, antesala del cáncer- para tratar de evitar pagarle un 30% de recargo en las prestaciones, a pesar de haberse saltado una ley de prevención que, de haber respetado, podría haber evitado muchos males. El juez aún se preguntaba si el amianto mata. La respuesta de una médico, que actuaba como perito en la vista, no pudo ser más gráfica: «Es como estar en el corredor de la muerte esperando cada año a ver lo que te dirá un nuevo examen médico».