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Derrota en Tarragona

El viento sigue soplando en contra

El Nástic encarriló el choque en la primera mitad y los azulgranas carecieron de la necesaria capacidad de reacción para remontar.

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NÁSTIC 2

EIBAR 0

GARA | TARRAGONA

El Eibar sufrió una nueva derrota (2-0) y continúa estancado en los 21 puntos. O lo que es lo mismo, a tres del Alavés, que marca la línea de salvación. Resta un partido menos, y el próximo compromiso de los armeros se antoja aún más complicado que el de ayer en Tarragona, ya que visitan al Tenerife, segundo en la clasificación.

El choque contra el Nástic se aplazó hace diez días debido al temporal que azotaba Catalunya en aquella jornada. Semana y media más tarde, los nubarrones se han hecho más oscuros en el horizonte azulgrana. El viento sigue soplando en contra y el futuro de Carlos Pouso en el banquillo pende de un hilo.

La precisión de Campano en los golpeos a balón parado fue arma suficiente para que los tres puntos se quedaran en casa. El partido, sentenciado. Un córner botado por el veterano centrocampista y rematado por el ex del Eibar Mairata, sumado a una falta directa desde el borde del área que se coló en la red de Zigor, sentenciaron antes del descanso.

Ni antes ni después dio el Eibar excesiva sensación de peligro en ataque, al margen de alguna acción aislada que no dio fruto. De poco sirvió el debut de Mikel Arruabarrena en la punta de ataque, ya que el meta tarraconense Felip tuvo una jornada bastante plácida en su debut como titular.

Tras unos minutos iniciales plagados de imprecisiones, el primer tanto local (min. 23) espoleó ligeramente a los guipuzcoanos, con una jugada personal de Cases que nadie pudo remachar. La embestida no fue más que un espejismo, porque el Nástic, con poco, mostraba su superioridad técnica. Diez minutos más tarde Campano la clavaba por la escuadra. El partido quedó completamente roto y cuesta abajo para los catalanes.

La segunda mitad siguió con la misma dinámica, pese a que Pouso dio entrada primero a Lombraña y luego a Carlos Rubén, pasando a jugar con dos puntas. El Eibar tuvo oportunidad de recortar distancias en el minuto ocho, pero Felip sacó una mano milagrosa para evitar el gol de Cases. Faltó darle continuidad.

El partido entró en los siguientes minutos en un estado de letargo por parte de ambos equipos, desangelados y sin la tensión suficiente como para hacer del partido un choque atractivo.

Una situación que convenía al Nástic, con ventaja en el marcador; pero no al Eibar, que contemplaba impotente el transitar de las manecillas del reloj. El único que le echó un poco de pimienta fue José Mari. El ex de Milan o Atlético, entre otros, es el más flamante fichaje invernal del Nástic. Salió a falta de veinte minutos e hizo lucirse a Zigor rematando completamente solo en el punto de penalti. Poco más hubo en un partido que fue el fiel reflejo de la preocupante situación del Eibar.

dos bajas

El choque se cobró dos bajas para el partido de Tenerife. Txiki Lombraña se tuvo que retirar lesionado a falta de diez minutos para el final, mientras que Raúl García vio la quinta tarjeta amarilla.

balón parado

Con los dos de ayer, el Eibar ya ha encajado en lo que va de temporada diez goles a balón parado. Sólo ha marcado uno. Un desequilibrio demasiado importante para un equipo de las características de los azulgranas.

«Sólo hemos perdido una batalla, pero no la guerra», apunta Carlos Pouso

Carlos Pouso se mostraba decepcionado por la derrota: «Hemos perdido por los pequeños detalles, que una vez más han sido determinantes».

Cuestionado por la fragilidad del Eibar en las jugadas a balón parado, el técnico vizcaino apuntaba que «a pesar de que hemos cambiado la forma de defender las jugadas a balón parado no encontramos aún la manera de evitar goles como hoy». No obstante, quiso ser optimista: «Sí o sí el Eibar se salvará. Estoy seguro de ello. No es momento de bajar la cabeza. Sólo hemos perdido una batalla, pero no la guerra». GARA

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