Crónica | Juicio contra Xabier Silveira
La libertad de opinión y de expresión también se «cagan en la virgen» en el Juzgado de Donostia
El bertsolari y columnista de GARA Xabier Silveira tuvo ayer que sentarse en el sillón de los acusados del Juzgado de Donostia por un artículo de opinión publicado en diciembre de 2006. La Fiscalía aprecia en el texto titulado «Me cago en la virgen» un delito contra «los sentimientos religiosos» y pide al lesakarra que pague religiosamente 3.600 euros de multa.
Gari MUJIKA
En el juicio de ayer en Donostia volvió a quedar patente que a la Fiscalía española más que el contenido del artículo de opinión le interesaba el continente a explotar que ofrecía el controvertido bertsolari navarro, al que, incluso en los escritos procesales, tildan de «proetarra». Ayer no quiso trabajar demasiado; la fiscal limitó su intervención a una única pregunta. Actuación que resume su actitud para que la acusación haya prosperado dos años después.
El 9 de diciembre de 2006, al día siguiente de que se publicara la columna de Silveira, Jaime Ignacio del Burgo, el hoy artífice de la reaparición del PP en Nafarroa, situaba sobre el escrito el foco de los medios la mano de «Libertad Digital» con otro texto bajo el singular título de «Un «bertsolari» filoterrorista y blasfemo». Y el 10 de diciembre, un gallego envió a la Fiscalía General del Estado un correo electrónico en el que recoge extractos del artículo del bertsolari de Lesaka, junto a indicaciones sobre ese supuesto delito contra «los sentimientos religiosos». Pero ayer no había ningún gallego en la silla de la acusación; solamente la Fiscalía, porque fue el Ministerio Público español el que actuó de oficio.
Txema Auzmendi de testigo
«Para nada pretendía humillar a nadie. Con leerlo basta para darse cuenta que como frase hecha, coloquial que es, es una frase que da pie para hablar de otras cosas. Puedo asegurar que no se habla de religión en ningún momento», afirmó Silveira con rotundidad, después de asumir que el artículo fue escrito con plena consciencia y asunción.
A preguntas de su defensa, el letrado Luix Barinagarementeria, el joven lesakarra también aclaró que, aunque de hecho se escriba así, tampoco es casualidad alguna que en todo momento la palabra «virgen» aparezca en minúscula, y reprochó a la Fiscalía española que de todas las interpretaciones que se han realizado hasta la fecha de su columna de opinión, la suya «ha sido la más extraña, porque no hay ataque alguno a los sentimientos religiosos».
Pero, además, incluso Silveira, según narró, cuenta cerca suyo con un entorno religioso católico. Así, respondiendo a su defensa, ofreció datos como que su padre es el presidente de la Fundación Juan Pablo II o que su madre es practicante, y que en vez del artículo, lo que realmente sí les ha ofendido a sus progenitores ha sido el hecho de que ayer se tuviera que sentar en el banquillo de los acusados.
Pero como al tratarse de su padre y de su madre no contarían con credibilidad suficiente ante el tribunal, el rol de testigo de la defensa la llevó a cabo alguien con pleno conocimiento de causa tanto en asuntos periodísticos como en los religiosos: el periodista y locutor ordiziarra de Herri Irratia y sacerdote jesuita, Txema Auzmendi.
«Esa expresión la oigo todos los días, no son extrañas. No tiene nada que ver con mi fé o con mi creencia católica. Puede que sean expresiones más o menos acertadas, pero en absoluto me sentí ofendido en mis creencias» señaló al tribunal, después de aclarar que al menos leyó tres veces el artículo de Xabier Silveira. Una columna de la que Auzmendi dijo no tener inconveniente alguno en llevarlo a las ondas radiofónicas, aunque, si se diera el caso, daría una explicación previa, «ya que es un lenguaje que no utilizo nunca, pero claro que lo ampara la libertad de expresión».
Barinagarementeria, por su parte, evidenció que la acusación no ha demostrado a quién ha podido ofender el texto ni cuál es el elemento de escarnio al que alude. Además de mostrar precedentes similares en el que se dio la absolución, petición que realizó la defensa contra la condenatoria de la Fiscalía, el abogado donostiarra insistió en que «lo que ha hecho Xabier Silveira entra dentro de la libertad de expresión».