Iker BIZKARGUENAGA

«¡Lo hemos conseguido!». Carmelo Barrio, dirigente del PP y secretario primero de la Mesa de la Diputación Permanente del Parlamento se ufanaba de esta manera y de forma indisimulada ante los medios gráficos que fotografiaban el momento. Durante toda la mañana estuvo merodeando por la entrada de la sede del Legislativo, y cuando por fín ondeó, quiso que todo el mundo supiera de su alegría. Barrio, acompañado de varios de sus compañeros de partido, no dejaron pasar la ocasión de retratarse junto a su bandera, la española, que por primera vez ondea en el exterior del Parlamento de Gasteiz.

En esta ocasión no se hizo con nocturnidad. Fue a mediodía. Eso sí, muy rápido. Lo que tardó en secarse el cemento de los mástiles -más bien pequeños- que a primera hora de la mañana fueron levantados a la derecha de la entrada del edificio.

Los operarios encargados de izar las banderas -junto a la rojigualda, situada en el centro, colocaron la ikurriña y la de la Unión Europea- vacilaron un poco al ver a los fotógrafos que aguardaban en el exterior, pero una vez puestos en faena apenas tardaron unos minutos en cumplir con lo encomendado.

Desde ayer, la bandera española ondea bien visible en el Parlamento.

Hasta ahora, la Cámara sólo tenía las tres enseñas en el salón de recepciones, pero el Tribunal Supremo ordenó en noviembre que la española debía izarse «de manera permanente» en el exterior de la Cámara, así como ocupar «un lugar preferente» en el interior, «como símbolo de que son lugares donde se ejerce la soberanía, independencia e integridad del Estado español, no de coyuntura sino con carácter de permanencia». Dicho y hecho, la Mesa del Parlamento, a instancias de su presidenta, Izaskun Bilbao, acordó el 2 de diciembre colocar la bandera en el exterior de la sede «en las próximas semanas», y la decisión fue llevada a la práctica ayer.

En aquella reunión, el vicepresidente segundo, Rafael Larreina, de EA, expresó su disconformidad con la decisión y consideró más adecuado seguir sin banderas en la fachada, y pidió que constara su oposición. Ayer, para expresar de forma gráfica ese rechazo, colocó la ikurriña en la ventana de su despacho, que da al exterior, a la calle Becerro de Bengoa.

La sentencia del Supremo obligando a colocar la bandera española en el exterior del Parlamento proviene de una serie de requerimientos en este sentido hechos por la Delegación del Gobierno español en la CAV en 2002. El entonces delegado, Enrique Villar, exigió el cumplimiento de la Ley de Banderas a diferentes instituciones vascas, y después llevó a los tribunales a aquellas que ignoraron sus requerimientos.

Así, el TSJPV comenzó en 2004 a dictar sentencias para que la Academía de la Ertzaintza de Arkaute, el Parlamento y otros edificios institucionales colocaran en su fachada la bandera española. A estas resoluciones les siguieron sus respectivos recursos, siempre resueltos por el Tribunal Supremo en la misma dirección. Dentro de poco, verá el recurso referido a los edificios del gobierno autonómico y, como ha hecho hasta ahora, dictará sentencia obligándoles a iza la rojigualda en, entre otros lugares, Ajuria Enea.

«Imposición inaceptable»

Mientras eso sucedía en Gasteiz, en Donostia el PNV, que en Gasteiz dio luz verde a izar la bandera española, unía sus votos a los de EA y Aralar para que las Juntas Generales calificaran de «imposición inaceptable» la colocación de este símbolo en la institución guipuzcoana.

La formación jeltzale y EA, sin embargo, no votó en favor del segundo de los puntos de la moción, que planteaba declararla «non grata». Argumentaron que esa declaración podía hacer daño a una parte de la sociedad de Gipuzkoa.