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La Berlinale abre la veda para la captura del Oso de Oro

El Festival Internacional de Cine de Berlín inició ayer una nueva «caza» que finalizará el 15 de febrero con la captura de un Oso perseguido a lo largo de todo el año. Un total de dieciocho «cazadores» se han sumado al certamen cuya veda fue abierta ayer por «International: dinero en la sombra», un thriller del alemán Tom Tykwer que participa fuera de concurso.

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GARA | BERLÍN

La banca no sólo es corrupta, sino que además financia todos los males de este mundo: así la presenta «International: dinero en la sombra», la cinta que inauguró oficialmente la Berlinale y que trajo como primera gran presencia al actor británico Clive Owen. «Es un filme hecho mucho antes de que nadie imaginara la crisis financiera que se nos vino encima y en el que la banca es ya la personificación del diablo, hasta un punto paranoico», explicó su director, el alemán Tom Tykwer. «Mi tema no es la crisis, sino un sistema demoníaco sobre el que monto todo un modelo social», añadió el realizador, acompañado en Berlín por Owen, el agente Salinger en su filme, así como por Armin Mueller-Stahl, un ex oficial de la Stasi metido a asesor de esa banca maligna.

«No me veo como un especialista en superviviencia a tiroteos dramáticos», dijo Owen, a pesar de que eso exactamente es lo que hace en sus 118 minutos de película. «Elijo mis papeles por el director que hay detrás, esta vez le tocó a Tykwer», añadió, tras tomarse con grandes risas las repetidas comparaciones acerca de la similitud física entre ambos.

Segunda vez

Fuera de concurso, «The International» brindó a Tykwer por segunda vez -tras «Heaven», en 2002-, el honor de abrir el festival, ahora con una superproducción que lleva al espectador por medio planeta, mientras Salinger y su compañera de armas (Naomi Watts) persiguen a los banqueros. Desde Hauptbahnhof -estación central- de un Berlín lluvioso, como mandan los cánones, a sedes banqueras de Luxemburgo, la película es un recorrido entre fríos edificios de acero y cristal, mientras a Owen se le van muriendo en los brazos, a borbotones, sucesivos colegas y hasta un matón. De berlín a Lyon, luego a Nueva York, después a Milán, más tarde en un hermoso acantilado italiano, o en persecución vigorosa por los tejados de Estambul, Tykwer demuestra que lo suyo es filmar, aunque el guión resulte algo sobrepasado y hasta dé la impresión de que los únicos individuos dignos son la mafia auténtica, la de toda la vida. La imagen de una banca superpoderosa, corrupta y vendedora de armas, sean para Israel, sean para Siria o para financiar golpes de estado en África, no cuadra ya con el presente de las bancarrotas y hundimientos financieros. «La diferencia entre la vida y la ficción es que ésta última necesita tener sentido», dice en un momento el personaje de Mueller-Stahl. El director trata de seguir esta consigna, en un thriller que se queda a las puertas de la denuncia, probablemente por sobredosis de material. A Tykwer se le recibió con algún abucheo y pocos aplausos en el pase de prensa de la Berlinale, que no abrió entre los apretujones que se vivieron el año anterior con «Shine a Light» y los Rolling Stones como estrellas absolutas.

Pero, como marca la tradición, tras el pistoletazo de salida, se inicia la carrera que llevará a una cinta a alcanzar el tan preciado Oso de Oro. Hoy se abrirá la sección a competición el desfile de las 18 aspirantes a obtenter algún premio, con la danesa «Lille Soldat», de Annette K. Olesen, y «Ricky», del galo François Ozon, con Sergi López. Fuera de concurso llegarán asimismo dos de las presencias más esperada en esta Berlinale, Kate Winslet y Ralph Fiennes, protagonistas de «El lector», de Stephan Daldry. Quizás la suerte ya esté echada, pero será mejor no tirar todavía la toalla.

CHILE EN BERLÍN

La industria de cine chilena ha acudido a la Berlinale para presentarse como posible escenario y socio para producciones. Es la séptimo edición en la que está presente el país americano y este año acuden con el corto «Lo que trae la lluvia»

Swinton encabeza un jurado reivindicativo

La actriz escocesa Tilda Swinton y la directora catalana Isabel Coixet, dos representantes del cine independiente, se presentaron ayer como presidenta e integrante, respectivamente, del jurado de la Berlinale. La labor de buscar el Oso de Oro entre los 18 aspirantes ha recaído en un gremio reivindicativo. Junto a ellas estarán otros dos directores, el chino-estadounidense Wayne Wang y Gaston Kaboré, de Burkina Faso.

«Soy una cineasta. Estoy acostumbrada a luchar por un buen film. Ahora lucharé por encontrar lo mejor entre los de mis colegas», aseguró Coixet. Al menos sobre el papel, el festival pretende repasar a través de esos 18 concursantes un panorama global que combine los grandes temas del momento con el cine íntimo. Tanto Swinton como Coixet se declararon «abiertas a todas las expectativas».

Dieter Kosslick, el director de la 59 edición, mantuvo con la elección de Swinton y Coixet a su tradición de invitar a formar parte del jurado a «amigos y amigas» de la Berlinale o de él mismo. Junto a los mencionados directores, Kosslick incluyó el dramaturgo y cineasta ocasional Christoph Schlingensief. Por otro lado, dos aportaciones de «intrusos»: el escritor sueco Henning Mankell, autor de best-sellers de intriga, y la cocinera activista culinaria Alice Waters .

Mankell no se anduvo por las ramas y sentenció que la crisis financiera internacional ha demostrado cómo la globalización no está dando ningún fruto positivo «ni para el mundo occidental, ni para África, a la que no se deja vivir». GARA

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