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Jesús Echevarria, el escultor que buscaba la luz en la madera

El escultor Jesús Echevarria falleció en su casa de Kanbo durante la noche del miércoles al jueves después de una larga enfermedad. Nacido en la localidad alavesa de Baranbio en 1916, tomó el camino del exilio en 1944 y creó la mayoría de su obra en Kanbo. Su funeral se celebrará mañana en dicha ciudad balnearia.

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Idoia ERASO | BAIONA

«Solíamos trabajar juntos. Cuando yo preparaba los exámenes para mis alumnos, él solía leer conmigo,y después discutíamos; de allí solía surgir una idea que luego él plasmaba en la madera», confió ayer a Gara la viuda de Jesús Echevarria, Maialen Echevarria, quien durante décadas fue también su musa y colaboradora.

Además de inspiradora e instigadora, Maialen Echevarria también fue una cómplice que participó en la creación de sus obras: «Al principio solía tallar en la madera sus obras primitivas y yo solía darles color a sus esculturas. Pero cuando empezó a tratar los temas metafísicos, no tenía necesidad del color». El conservador del Museo Vasco de Baiona Olivier Ribeton remarcaba también su espíritu participativo: «Hacía participar a su esposa en las obras `históricas' y ella que era la que pintaba, pero con colores discretos, sólo unas pinceladas».

Echevarria trabajaba principalmente la madera, aunque también utilizó otros materiales como la piedra. Ribeton declaró que en su trabajo se distinguen claramente dos enfoques: «Tenía dos registros muy diferentes: en un momento podía hacer una obra muy barroca y la siguiente podía ser muy simple, con símbolos muy sugestivos, como los elementos, el sol y la tierra». Parte de su obra hacía referencia a la Edad Media, con la imaginería de la época. La otra parte era mucho más abstracta, «mucho más depurada, una búsqueda de la simplicidad. Una obra contemporánea dedicada a las formas esenciales».

«También hizo su camino sin mí» declaró su viuda: «Trataba temas trascendentales como son la materia y la luz. En los últimos tiempo le preocupaba el vacío. Oteiza también tenía esos intereses». Una admiración hacia el escultor de Orio que Ribeton confirma, a pesar de que sus estilos sean muy diferentes.

Euskaldun y euskaltzale

«Euskal Herria para él era de lo más importante o lo más importante. Estuvo en París y fuera, pero nunca olvidó de dónde venía», explicó su viuda. El conservador del Museo Vasco de Baiona también subrayó que era un hombre «muy implicado en la vida de Euskal Herria, tanto en el norte como en el sur».

Su compromiso social fue claro desde su juventud: estuvo condenado a muerte y pasó varios años encarcelado y condenado a trabajos forzados por haber formado parte del batallón Araba en el lado republicano. Al salir se exilió al Estado francés.

Seaska rindió homenaje al escultor por haber colaborado con la Federación de Ikastolas en todas las exposiciones organizadas a favor de la enseñanza en euskara.

2006 fue el año de los homenajes al escultor, a pesar de que ya estaba sumido en la enfermedad. Ese año el Museo Vasco de Baiona le dedicó una exposición monográfica y el autor de Kanbo Claude Dendaletche escribió un libro sobre su persona publicados en tres idiomas, euskara, francés y castellano, representando así las tres lenguas que formaron parte de su vida. En este último idioma el libro tomó el título de «Echeverría. El escultor de la luz». La obra reúne un gran número de fotografías de las obras del autor.

 

DOS REGISTROS

«Tenía dos registros muy diferentes: en un momento podía hacer una obra muy barroca y en el siguiente podía optar por algo muy simple, con símbolos muy sugestivos como los elementos, el sol y la tierra», según Olivier Ribeton, conservador del Museo Vasco de Baiona.

Bere lanak Baionako museoan eta Angelun

Baionako Euskal Museoak erakusketa monografikoa eskaini zion Jesus Echeverriari. Gaur egun ere haren bi lan ikusgai dira erakusketa iraunkorrean, «Tute jokalariak», bere sorterriko karta jokoa gogora ekartzen duena eta «Kondorraren hegaldia» Latinoamerikako idazle baten gaia jorratzen duena.

Angeluko Herriko Etxeak ere zizelkari arabarraren lan bat erosi zuen, «La Canción del Mio Cid». Euskal Museoko kontserbatzaile Olivier Ribetonek azken lan hau Erdi Aroko estiloarekin bat egiten duten obra handien artean kokatzen du, «barrokotzat» definitzen du Ribetonek Angeluko lan hau. Gasteizeko Artium museoak ere haren lanak hartu zituen, Estatu espainol eta frantseseko beste hainbeste museok bezala.

I. E.

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