Las FARC liberaron ayer al ex diputado Sigifredo López, quien fue recibido con alegría desbordante por sus familiares y amigos en el aeropuerto de la ciudad de Cali, en el suroeste de Colombia. Nada más tomar tierra, López rompió en sollozos e inmediatamente se fundió en un abrazo con familiares.

López, secuestrado en 2002 junto a otros once diputados, es el sexto rehén que las FARC se comprometieron liberar en una campaña que, según algunos analistas, apunta a que la guerrilla quiere ganar terreno político después de varios meses de reveses militares. Su liberación era especialmente esperada ya que se esperaba diera información sobre la muerte de sus once compañeros en julio de 2007. Las FARC aseguraron que murieron en una emboscada de un comando vinculado al Ejército.

En sus primeras declaraciones, además de instar a crear espacios de diálogo para acabar con el conflicto, señaló que «jamás merecieron ser asesinados por las FARC». Añadió que «las FARC tienen orden de matar» a los retenidos «apenas escuchen un helicóptero» militar y precisó que «eso sucedió con mis compañeros».