Estadística favorable para la vuelta
La historia dice que tanto rival como resultado son superables
Los rojiblancos han eliminado al Sevilla en cinco de las seis ocasiones en que se han enfrentado, una de ellas con 2-1 en el Pizjuán.
Natxo MATXIN | BILBO
No se sabe qué ocurrirá dentro de un mes cuando San Mamés sea una olla a presión para recibir al Sevilla en la vuelta de las semifinales coperas, pero lo que sí es cierto es que la estadística y la trayectoria del Athletic en el torneo del K.O. están de su lado, tanto en lo que se refiere a enfrentamientos con los hispalenses como a la hora de remontar un 2-1 adverso.
De hecho, hace casi tres décadas ya se dio una circunstancia idéntica y, al final, fueron los rojiblancos quienes se llevaron el gato al agua. Sucedió en la edición de 1980, en cuya cuarta ronda los andaluces se adelantaron con sendos goles de Scotta y Juan Carlos, amén de la solitaria diana de Rojo I, que a la postre, se tornó decisiva.
Los hombres dirigidos por aquel entonces por el ya fallecido Helmut Senekowitsch consiguieron darle la vuelta a la eliminatoria merced a dos goles de Dani en la primera parte. Un resultado que ahora abriría las puertas dela final al Athletic.
No ha sido la única vez en la que vizcainos han dejado fuera de combate a los sevillistas en la Copa. Todo lo contrario, son mayoría las ocasiones en que esto se ha producido: cinco de seis. Además de en la primera campaña de los ochenta, a los de Nervión se les ha dejado en la cuneta en las ediciones de 1933, 1963, 1973 y 1977. Sólo en la de 1948, el 2-1 de la ida en San Mamés resultó insuficiente.
A esto hay que añadir la particularidad de que de esas cinco veces en las que fue eliminado el Sevilla a manos del Athletic, en dos los rojiblancos se acabaron proclamando finalmente campeones. En la de 1933 se le ganó al Real Madrid por 2-1, mientras que cuarenta años más tarde se hizo lo propio con el Castellón (2-0).
Tampoco se le ha dado mal a los de Ibaigane cuando se han traído un 2-1 adverso a su estadio. Hasta en ocho oportunidades de un total de diez han podido superar ese marcador adverso en La Catedral. La más cercana hace apenas cuatro años, cuando los leones tuvieron que remontar al Lanzarote.
Con anterioridad, ya lo hicieron ante el Celta, Sabadell, Sevilla, Salamanca, Betis, Sporting -en esta edición se ganó el último trofeo, frente al Barcelona- y Real Madrid. Precisamente ante los merengues y su filial, el Castilla, han sido esas dos ocasiones en las que no pudieron superar el 2-1 contrario. Los menores blancos pasaron a los penaltis en la edición de 1988.
Aunque hay que reconocer que bastante alejadas en el tiempo, el Athletic también ha protagonizado remontadas frente a marcadores bastante más desfavorables. Como hace once años que consiguió eliminar al Extremadura tras perder en Almendralejo por 2-0 o en la 1997-98, logrando levantar un 3-1 ante la Real y acabar pasando desde los once metros.
Amorebieta, baja
Tras un viaje de regreso bastante accidentado por causas meteorológicas, la expedición rojiblanca guardó descanso tras el envite copero del Sánchez Pizjuán, que no sólo dejó un marcador desfavorable, sino que también tuvo consecuencias físicas para algunos jugadores de la primera plantilla.
Así, Amorebieta, que abandonó el estadio hispalense con muletas, parece prácticamente descartado para jugar ante el Valladolid, después de que se torciera su tobillo izquierdo al intentar evitar un remate franco de Kanouté. No va a ser el único contratiempo para Caparrós, ya que Ion Vélez y Koikili también acabaron el encuentro tocados.
En ocho ocasiones de diez, el Athletic ha conseguido remontar un 2-1 adverso en Copa. Unos números que aportan más ilusión de cara al partido de vuelta dentro de un mes.
Desde que se conocieron los emparejamientos de las semifinales -el Barcelona, indiscutible y espectacular líder; se enfrentaba a un Mallorca en puestos de descenso- se daba por seguro que uno de los dos contendientes en la final del 13 de mayo sería el conjunto azulgrana. Y así será salvo mayúscula sorpresa en el Ono Estadi, ya que se antoja harto complicado que los bermellones den la vuelta al 2-0 con el que salieron ayer del Camp Nou.
El choque se ajustó al guión previsto, con los locales monopolizando la posesión del balón y los visitantes agazapados en su mitad del terreno a la espera de no ser goleados y, de postre, cazar una contra. Lo primero lo consiguieron, lo segundo no.
Tanto Pep Guardiola como Goyo Manzano presentaron cambios respecto a su once tipo. Uno porque tiene una bancada de lujo y un calendario cargado que le obliga a dosificar esfuerzos. El otro bastante tiene con la Liga. El Mallorca es colista y lo más extraño, tal y como se mueve el mundo del fútbol, es que su técnico mantenga la cabeza sobre sus hombros. Metafóricamente hablando.
Corría el minuto 35. En carrera por banda derecha, Bojan alzaba la cabeza y ponía la bola en el corazón del área, donde Henry, libre de marca, cabeceaba perfecto al fondo de las mallas de Germán Lux. Se abría la lata, pero al Mallorca el 1-0 no le parecía del todo malo y continuaba sin arriesgar un ápice. El Barcelona quería otro gol para viajar a Baleares con tranquilidad, sobre todo teniendo en cuenta que el choque de vuelta le coge en medio de la eliminatoria de Champions contra el Olympique de Lyon. Rafa Márquez, con un excelso libre directo, anotaba el segundo en el 74. Objetivo cumplido.