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La experiencia de puntcat

«Tener un dominio propio es un ejercicio de normalidad»

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 Amadeu Abril i Abril
Impulsor del dominio .cat

Es uno de los principales impulsores del dominio .cat, que, a punto de cumplir su tercer aniversario, ha conseguido ya más de 33.000 registros. Y es una referencia para la asociación PuntuEus, que pretende impulsar un dominio propio.  La iniciativa vasca se hizo pública la pasada semana y está previsto que a finales de este año presente su candidatura en ICANN.

Maider EIZMENDI | DONOSTIA

Orgulloso del camino recorrido en los tres años de vida del dominio .cat, destaca que «detrás de los cinco grandes dominios abiertos y baratos [.org, .net, .com, .info y .biz], el nuestro es el que tiene más contenidos según Google». El proceso de creación fue duro y costoso, pero mereció la pena porque tener un dominio propio, entre otros aspectos, «sirve para que todos aquellos que no son parte de la comunidad se den cuenta de que ésta existe». Por ese motivo, anima a la asociación PuntuEus a mantener su objetivo y a la sociedad civil vasca, a que la apoye.

¿Qué valor tiene para una comunidad tener un dominio propio?

En primer lugar, es un ejercicio de normalidad y eso es importante en contextos en los que hay pocas situaciones de normalidad. Permite visualizar en Internet a esta comunidad como existente, que la gente pueda utilizarlo con normalidad, que se puedan dirigir servicios a esta comunidad con normalidad... A partir de ahí, hay otros elementos como el simbólico, que también es importante por el déficit de normalidad simbólica actual. Pero no es sólo esto. En el caso del .cat había, y hay, mucha incidencia en el ámbito lingüístico. El dominio quería ser una herramienta de normalidad lingüística en Internet. En mi opinión, lo mejor que se puede hacer por una lengua es darle prestigio social. En el siglo XIX, lo importante era conseguir llegar a las imprentas; en el siglo XX fue el acceso a la escuela; después vinieron la radio y la televisión y las lenguas que no tuvieron acceso están en una situación difícil. Actualmente, las lenguas que no tengan acceso a Internet van a ser lenguas de segunda.

Este prestigio social, asimismo, anima a la gente a hacer cosas. En nuestro caso, al principio un 30% de la gente que pidió el registro ni siquiera tenía un dominio o una web; es decir, la gente se animó a hacer cosas nuevas porque disponía del .cat.

Por otro lado, un dominio sirve para visibilizar la comunidad fuera de ella. La mayoría de la gente no sabe que hay un grupo consistente de catalanes que utilizan Internet juntos porque tienen las mismas inquietudes culturales, porque tienen el mismo referente cultural, porque hablan la misma lengua y que, por lo tanto, se comunican más entre ellos. Esto no es visible aunque sea realidad.

¿Cuándo y de dónde surgió la idea de crear .cat?

La idea de .cat surgió hace muchos años. En 1995, cuando se empezó a hablar de crear nuevos dominios, comencé a mirar cómo se podía hacer un .cat. A partir de 1996 hubo una campaña a favor del dominio .ct, un dominio territorial de dos letras que se privilegió durante mucho tiempo; pero esa vía es muy complicada porque no depende de nosotros, depende de voluntades políticas, no sólo del Estado español o el Estado francés, sino también de las Naciones Unidas, que deberían cambiar sus normas sobre la creación de códigos. Por ello, se optó por .cat. En 2001 se creó la asociación PuntCat y se comenzó a buscar apoyos para que el día en que se abriese de nuevo la vía para crear dominios genéricos se pudiera presentar una candidatura.

El proceso, tal y como comentaron los integrantes de la asociación PuntuEus, es complicado y costoso, pero ¿cuáles son las mayores dificultades?

Lo más difícil es que se abra la puerta. Un dominio es una cuestión técnica, pero eso se puede conseguir porque hay gente que lo sabe hacer. Por otro lado, ICANN pide, y cada vez lo va a pedir más, garantía financiera; se debe demostrar que contarías con un registro solvente y estable. Pero el que un dominio sea un éxito, o no, depende de lo que podríamos llamar la sociedad civil; en el caso de PuntuEus, la vasca.

Es más un proyecto de entusiasmo cultural, porque hay que convencer a la gente de que haga cosas en Internet y que las haga, con el .cat o el .eus, para que haya contenidos de calidad. Lo que marca la diferencia es el nivel de implicación de la gente que está en Internet, la sociedad civil y las entidades en el sentido más amplio. Lo importante es que sea visible. El .eus debe tener detrás a los más amplios sectores de diversos ámbitos dentro de lo que podíamos llamar la gente que hace cosas en Internet en euskara o en Euskadi o para los vascos. Por ejemplo, Google no es una empresa vasca ni catalana, pero tiene el dominio .cat porque tiene servicios en catalán.

Cuentan con miles de registros, pero ¿cómo valoran que empresas como Google o Yahoo! tengan el dominio .cat?

Es importante que Google tenga el .cat y que, además, lo utilice. Google, cuando lo registró, no lo empezó a utilizar inmediatamente porque no sabía qué hacer con él. Ellos tienen versiones lingüísticas y versiones territoriales en las que, según las direcciones IP, dirigen a los usuarios por defecto a un dominio u a otro, y no sabían a dónde dirigir a un .cat. Al cabo de un año lo activaron porque vieron que .cat funcionaba y que había contenidos. El impacto que tienen direcciones como google.cat o yahoo.cat es tremendo y es una medida de normalidad.

¿Qué tipo de páginas se han registrado en .cat?

No hay ninguna estadística porque es muy difícil realizarla. Para hacernos una idea, actualmente hay más de 33.000 nombres, ha habido poquísimos conflictos y hay más 50 millones de páginas indexadas por Google como correspondientes a dominios .cat. Por lo tanto, detrás de los cinco grandes dominios abiertos y baratos, .cat es el que tiene más contenidos, según Google, de todos los dominios genéricos. Y, hoy por hoy, hay más contenidos en .cat que contenidos en catalán en .com. Esto significa que hay muchos contenidos nuevos. Por ello, el gran éxito es más de calidad que de cantidad. Tiene muchos contenidos para un número relativamente pequeño de nombres y, además, muchas páginas son nuevas.

¿Cuáles son los requisitos para registrarse en el dominio?

En el .cat el requisito es que sean dominios para la comunidad lingüística catalana o para quien realice servicios para ella. Si tú realizas comunicaciones on-line en catalán, automáticamente estás calificado; si no, debes justificar cuál es tu relación con la promoción de la cultura catalana. Luego realizamos comprobaciones a posteriori para verificar su trabajo, pero no hemos tenido muchos problemas; en tres años tan sólo hemos tenido que bloquear una docena de dominios. Pero esos son nuestros criterios y .eus deberá decidir si pone el acento en el ámbito lingüístico o en el ámbito cultural. Otro proyecto que se está trabajando es el .cym de Gales; la realidad lingüística no les permite poner como criterio básico la lengua, porque no es realista en su ámbito.

¿Cómo valora la labor de la asociación PuntuEus?

A igualdad de fechas están mejor organizados de lo que lo estábamos nosotros en su momento. El modelo de PuntuEus tiene muchos apoyos y serán capaces de hacer una buena candidatura. Lo que está por ver es el nivel de implicación de la gente para moverlo después. Va por muy buen camino y la preparación es sólida. Las instituciones públicas y privadas tienen que involucrarse porque tienen su ámbito de influencia. Tienen que mostrar su apoyo, pero no intentar gestionarlo, porque los dominios gestionados por las administraciones no suelen funcionar bien.

El apoyo posterior es importante, pero es preciso también para presentar la candidatura.

Sí. Para ICANN es importante demostrar que la candidatura tiene apoyo formal de entidades representativas. Si estuviesen sólo las administraciones, sería un problema; y que no hubiese ninguna, también. Las administraciones representan a una parte importante de la sociedad, por lo que es importante que den su apoyo formal.

¿Tiene algún consejo que ofrecer?

La gente debe tener paciencia. El dominio .eus no va a llegar mañana, habrá dificultades, se va a tener que pedir ayuda a la gente... Si todo fuera muy bien, estaría en la calle el año que viene, pero es muy probable que haya retrasos y lo importante es que, cuando llegue, la gente tenga entusiasmo y lo utilice. Es un maratón.

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