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Los bancos, a lo suyo

Es, cuando menos, un sarcasmo que los defensores de lo privado, con la que está cayendo, sean capaces de justificar los desmanes de la no regulación y las gratificaciones desorbitadas. Dicen los banqueros que sólo prestarán a los clientes que puedan pagar los créditos con toda seguridad, es decir, a aquellos que, hablando en plata, se podría decir que no los necesitan. No quieren correr riesgos.

Alberto CASTRO Analista bursátil

Dice Botín que las ayudas a los bancos no costarán un duro a los ciudadanos porque no son subvenciones. Faltaría más. Los bancos, una vez más, han demostrado que van a lo suyo. La adquisición de activos por el Gobierno español y los avales a las emisiones de deuda, que totalizan 150.000 millones de euros, no son, al parecer, nada del otro jueves. Más directo ha sido el director general de la Caja de Ahorros del Mediterráneo al afirmar que el Estado deberá inyectar capital en los bancos de forma directa no muy tarde. Ha hablado claro.

En EEUU, estandarte del libre mercado, son cada vez más los reputados economistas que abogan por la nacionalización, eso sí temporal, de las entidades finan- cieras, según ha escrito el profesor y Premio Nobel de Economía Paul Krugman. No es, por tanto, ninguna tontería que dentro de unos meses se asista a la nacionalización total de bancos para facilitar la solución de la crisis. Una paradoja: la ineficiencia de la gestión pública deberá salvar la cara a la eficiencia de la iniciativa privada. Es, cuando menos, un sarcasmo que los defensores de lo privado, con la que está cayendo, sean capaces todavía de justificar los desmanes de la no regulación y las gratificaciones salariales desorbitadas. Y en éstas estamos cuando emerge el debate sobre la necesidad de que esa liquidez, facilitada sí o sí por los contribuyentes, llegue en forma de créditos asequibles a quien debe: empresas y consumidores. Los bancos, no nos quepa ninguna duda, están dedicados en cuerpo y alma a fortalecer la posición de solvencia, dejando para después su labor como correa de transmisión de la liquidez otorgada por el Gobierno español. Dicen también los banqueros que sólo prestarán a los clientes que puedan pagar los créditos con toda seguridad, es decir, a aquellos que, hablando en plata, se podría decir que no lo necesitan. No quieren correr riesgos. A una gran mayoría de los pequeños empresarios, autónomos y familias le gustaría estar en la misma situación de riesgo, pero no pueden porque, lisa y llanamente, ya ha entrado en bancarrota. Así, hoy asistimos a cierres de microempresas, sin siquiera llegar a la suspensión de pagos en muchos casos, y al abandono de la actividad por parte de autónomos que no tienen posibilidad de mantenerse en pie por los impagos de terceros -no pocas veces instituciones públicas- y por los cobros de impuestos sin reducciones o aplazamientos. Las familias cierran este círculo infernal al verse imposibilitadas para retener su vivienda debido al drama del paro y el portazo de las entidades financieras. En los últimos días, Santander, BBVA, la Caixa y CajaMadrid aseguran haber abierto vías de crédito para las pymes por un valor total de 21.500 millones de euros. Veremos qué hay de verdad en las próximas semanas respecto de estas iniciativas y qué grado de implicación real asumen los grandes bancos para solucionar una crisis que tiene su génesis en el propio sistema financiero.

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