La Cofrad�a San Roque de Laudio rechaza que haya mujeres en su tradicional comida
GARA |
La Cofrad�a del Se�or San Roque, de la localidad alavesa de Laudio, rechaz� ayer modificar sus estatutos para permitir que participen mujeres en la comida que celebran todos los a�os desde 1599.
La Cofrad�a celebr� una asamblea en la que los cofrades mayoritariamente apoyaron el cambio de los estatutos, pero no fue suficiente porque para ello se necesitaba una mayor�a cualificada: tres cuartos de los miembros.
Fueron 122 cofrades los que votaron a favor, pero nada menos que 106 lo hicieron en contra y hubo 6 abstenciones.
Tras la votaci�n, el �mayordomo� de la Cofrad�a, Juan Jos� Salazar, y la Comisi�n que le asesora presentaron su dimisi�n, seg�n relataron miembros de la misma.
De esta Cofrad�a son �socios� vecinos de Laudio como el mismo lehendakari, Juan Jos� Ibarretxe, que asisti� a la reuni�n o el adjunto a la direcci�n de la Oficina de V�ctimas del Terrorismo, Txema Urkijo.
El origen de la pol�mica est� en que el mes de julio del a�o pasado un vecino denunci� ante el Ararteko la prohibici�n de que a esta comida puedan asistir mujeres, pese a que hay alguna mujer en este colectivo. Los estatutos de la Cofrad�a restringen la presencia de �stas en la comida de hermandad tradicional.
El Ararteko hizo p�blica una resoluci�n en diciembre en la que se consideraba que esta situaci�n era discriminatoria y que se ten�a que corregir. En su resoluci�n, el Ararteko consideraba que la actual organizaci�n �contraviene la normativa vigente en materia de igualdad entre mujeres y hombres� y recordaba al Ayuntamiento que si esta situaci�n no se correg�a antes de las fiestas de este a�o, tendr� �obligaci�n de intervenir�.
Actitud del Ayuntamiento
La comida se celebra el �ltimo domingo de agosto en el p�rtico de la parroquia de San Pedro de Lamuza de Laudio como acto final de las fiestas patronales y en ella se juntan m�s de cuatrocientos cofrades, todos hombres, desde el a�o 1599.
La inc�gnita es si el Ayuntamiento prohibir� la utilizaci�n de los locales de titularidad municipal o si, como en el caso de otras localidades donde hay similares problemas, optar� por no acatar el dictamen del Ararteko y la legislaci�n vigente.