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Con Camacho se cayó en el descenso y el murciano ha sacado al equipo de él

Cuatro meses de larga travesía por el desierto hasta llegar al oasis

La reciente mejoría en casa -sólo frustrada por los últimos veinte minutos ante el Valladolid y el genial Messi- ha tenido buena parte de culpa en la ascensión en la tabla, aunque los rojillos siguen teniendo su asignatura pendiente en conseguir un triunfo fuera de casa.

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Natxo MATXIN | IRUÑEA

Quien piense que las dosis de sufrimiento se van a mitigar a partir de ahora está muy equivocado. Esto no ha hecho sino comenzar y queda un largo camino todavía hasta la salvación. Lo que sí es verdad es que uno de los pasos más complicados -más por lo psicológico que por lo matemático- como es el de salir del fondo de la tabla ya se ha conseguido, al menos de manera momentánea.

Tras la victoria ante el Valencia, Osasuna ha conseguido acabar con esa larga travesía por el desierto que inició hace casi cuatro meses y que le llevó a estar perdido entre las dunas que le impedían establecer un rumbo idóneo y hundido en la fina arena que apenas le permitía sacar la cabeza.

Un itinerario, cuya duración ha coincidido con la llegada de un único guía, para lo bueno y para lo malo: José Antonio Camacho. Fue además en el primer compromiso en el que el técnico murciano asumió los galones de capitán de la nave cuando el barco rojillo encalló, aunque reconociendo que ya venía a la deriva de las primeras jornadas e incluso de la campaña anterior. La dura derrota en El Molinón le hizo caer a los puestos de descenso, de los que no salió hasta anteayer.

Dispuesto a contrarrestar la inoperancia ofensiva de esas primeras siete jornadas, el de Cieza centró toda la energía de los entrenamientos en mentalizar a sus hombres sobre su presumible capacidad goleadora. Sin embargo, la tozuda realidad, en forma de 0-2 ante el Betis y 1-0 en la visita al Espanyol no hizo sino poner en cuestión la viabilidad del cambio.

El primer punto obtenido en la era Camacho, ante el Atlético, sirvió de poco para una escuadra que necesitaba sumar de tres en tres y que, por ende, seguía fracasando en sus visitas -Bilbo, Málaga, Huelva-, asignatura todavía pendiente.

Al menos, equipo y afición pudieron recuperar las sensaciones de lo que era disfrutar de una victoria -en la duodécima jornada y seis meses después de la última- ante el Almería. A partir de entonces, la consistencia casera, sólo en parte dinamitada por veinte últimos nefastos minutos ante el Valladolid y por la magia del mejor jugador del momento, Lionel Messi, ha sido una de las claves de la escalada rojilla en la tabla.

Precisamente el tramo más crudo a priori de esta árida singladura, medirse a los llamados a ser gallitos de la competición -Barça, Real Madrid, Sevilla y Villarreal-, no sólo no ha sido la sentencia de muerte que muchos presagiaban para la escuadra navarra, sino que ha traído consigo la necesaria dosis de autoestima al no demostrar para nada un nivel de juego inferior, tuteando a los hasta ahora intocables culés, necesitando los merengues de la ayuda arbitral para sacar adelante su compromiso y arrancando sendos empates del Pizjuán y El Madrigal.

Cuatro choques que sirvieron, además de para elevar la moral de la tropa, cambiar el chip del juego bonito pero sin eficacia, por el del mono de trabajo y puntos, como se ha comprobado ante Mallorca y Valencia.

Semana atípica

Tras adelantar su jornada de descanso al lunes, la plantilla osasunista regresará al tajo hoy en una sesión matinal que comenzará a partir de las 11.00 y que se presume de recuperación para los titulares ante los ches y con algo más de carga de trabajo para los que no dispusieron de minutos.

Será una semana atípica para preparar el choque contra el Deportivo dirigido por Lotina, tanto porque el envite ante los gallegos será el sábado, con el consiguiente menor tiempo de preparación, como porque Camacho no va a poder disponer de la mitad de su bloque habitual de titulares.

Azpilicueta con la sub 21, Vadocz y Plasil con sus respectivos combinados y, sobre todo, Nekounam y Masoud, que jugarán mañana en Teherán, no podrán ejercitarse a las órdenes del técnico murciano hasta bien entrada la presente semana.

Además, el de Cieza deberá afanarse en buscar una alternativa en ataque a la obligada ausencia del pichichi Walter Pandiani, quien vio su quinta amarilla ante el Valencia, aunque todo apunta a que ello pasará por la titularidad del caboverdiano Dady.

Osasuna B - Denia

El partido entre el Promesas y el Denia, aplazado el sábado por la nieve, se jugará mañana en Mutilabera a partir de las 16.30.

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