Los años pervierten la conciencia llenándola de prejuicios y sabiduría. De esta lucha mental, para bien y para mal, salen todos los premios tontorrones que se dan en el mundo, y donde nunca votan los jóvenes. De otra parte, en la faceta de creación «lo mejor» es tan personal, que una vez que se supera lo espurio, lo malo, carece de bases tangibles la elección de lo mejor. Ha ganado un viejo rockero, Robert Plant, muy querido en EEUU, pero, seguro, que aún más por ir de la mano de la vaquera, Alison Krauss. El disco es notable, pero en Europa no ha sido para tanto. El jurado se fija en Duffy y descubre, con más de un año de retraso, a Adele, cuestión de un Sanedrín sedentario. Más veteranos: Eagles, Jack DeJohnette, Randy Brecker, Chic Corea, Bruce Springsteen... y un palizas llamado Joe Satriani demandando a Coldplay por plagio. Esto no es serio.