Crónica | Contra el ERE en Iruñea
Encerrados en la iglesia y en huelga de hambre contra los despidos en Koxka
Hemos recurrido a este encierro porque estamos en un callejón sin salida». Así lo explicaban los trabajadores de Koxka en la iglesia de San Lorenzo, en Iruñea, donde se han encerrado para defender sus puestos de trabajo. Seis de ellos permanecen en huelga de hambre.
Iñaki VIGOR
«Pretendemos llamar la atención de la opinión pública para que presione al Gobierno de Navarra a fin de que emita un informe contrario al ERE y lo transmita al Ministerio de Industria, porque se supone que ese informe es vinculante. El Gobierno debe asumir que ese expediente no es aceptable y que hay que buscar otras salidas». Así lo explicaba Ángel Txokarro en la iglesia de San Lorenzo, en Iruñea, donde había pasado la noche encerrado junto a otros 17 compañeros de la empresa Koxka. Seis de ellos se encuentran en huelga de hambre, y a lo largo de todo el día recibieron numerosas muestras de apoyo y solidaridad, entre ellos de miembros de LAB y de la izquierda abertzale.
El encierro comenzó el jueves poco después de las seis de la tarde, tal como se había decidido un par de días antes en asamblea general. Los trabajadores acudieron a la iglesia de San Lorenzo e intentaron localizar al párroco, Jesús Labari, y mientras tanto ocuparon una sala del templo. Media hora después llegó el cura, bastante enfadado, y les dijo de malas maneras que se fueran, que no te- nían derecho a estar allí.
«Le dijimos que no nos íbamos a marchar y que queríamos hablar más tranquilamente, pero se fue. Media hora más tarde volvió vestido de sacerdote, para dar misa, y estaba más tranquilo, pero seguía diciendo que no tenía permiso del obispo para que estuviéramos allí y que nos teníamos que marchar. Pero después vino el vicario y nos permitió quedarnos hasta el viernes a las diez de la mañana», explicaba Ángel Txokarro.
A esa hora los trabajadores de Koxka decidieron que iban a continuar el encierro hasta el lunes por la tarde, que es cuando el Ministerio de Industria tiene que tomar una decisión sobre el ERE. Le explicaron al pá- rroco de San Lorenzo que se trata de un problema de tipo social enmarcado en la actual crisis económica. De forma casi milagrosa, Jesús Labari no sólo no accedió a dejarles estar allí hasta el lunes sino que incluso les dio 300 euros en metálico para comida, para gastos o para lo que necesiten. Los trabajadores le dieron las gracias por su ayuda y de paso le pidieron que hable en sus homilías sobre la grave situación que están atravesando muchas personas a causa de la crisis y critique a los responsables de despedir a trabajadores «sin más ni más».
Mientras los seis que se han declarado en huelga de hambre permanecían en el interior de la iglesia, con botellas de agua como único alimento y acompañados de otros trabajadores, otros muchos les arropaban desde el exterior y explicaban su problemática a las personas que se interesaban por ellos. Además, la mitad de la plantilla acudió a la oficina del INEM en el barrio de Donibane y formó una gran fila para visualizar su situación.
Esta problemática comenzó en noviembre del pasado año, cuando se enteraron a través de la prensa de que la empresa quería despedir a 191 trabajadores de la planta de Iruñea-Landaben, 39 de Azkoien (Peralta) y 45 de otras zonas del Estado español. De una plantilla total de 750 empleados, 275 irían a la calle si el ERE presentado en Madrid el 4 de diciembre es aceptado por el Ministerio.
Cinco meses de movilización
Los trabajadores realizaron varias ofertas alternativas a los despidos, pero la empresa no las ha aceptado. Así las cosas, el 9 de enero comenzaron paros parciales de tres horas diarias, y dos semanas después la asamblea decidió iniciar una huelga indefinida que cumple ya tres semanas de duración. Salvo algún jefe medio y alto, toda la plantilla secunda el paro, porque tiene claro que el ERE que plantea la empresa no está justificado «en absoluto».
El comité de empresa está integrado por 6 delegados de UGT, 5 de CCOO, 3 de LAB, 2 de ESK y 1 de ELA. En principio, todos están en contra del ERE, pero también han surgido algunas tensiones. «Hace poco tuvimos una reunión de la parte social y la empresa, con el Gobierno de Navarra como mediador, y CCOO y UGT plantearon una propuesta parcial y sectaria que no estaba respaldada por la mayoría de los trabajadores. La asamblea tenía una propuesta unitaria, unánime, y nos vimos un poco traicionados. Pero como tenemos las cosas claras, queremos seguir para adelante. Creemos que la unidad es básica, y que la base social de esos sindicatos también está por la labor de seguir peleando e intentar hacer lo posible para que no se acepte el ERE», explicaban en la iglesia de San Lorenzo el trabajador Ángel Txokarro, afiliado de ESK, y Bikendi Barea, delegado de LAB en el comité de empresa.
«Estamos muy ilusionados, animados y fuertes, y pretendemos llegar hasta el final, hasta conseguir que ningún trabajador se tenga que ir a la calle de forma obligada. Nosotros planteamos que los que se vayan lo hagan voluntariamente, mediante prejubilaciones o bajas incentivadas. Queremos que se nos respeten nuestros derechos y que esta situación se arregle para poder seguir trabajando, tal como lo venimos haciendo desde hace 25 ó 30 años», comentaba Txokarro.
Su planteamiento es compartido por Barea, para quien la prioridad es que no haya ni un solo despido. «Creo que todos tenemos claro el objetivo. Aunque hay matizaciones en cuestiones de estrategia, todos tenemos claro que no vamos a con- sentir ningún despido. Si se tiene que ir gente, tiene que ser por medio de incentivos o de buenas prejubilaciones, pero eso tiene que ser voluntario y aceptado por cada uno de los trabajadores», añadía el delegado de LAB.
Tanto él como Ángel Txokarro coinciden en que los problemas surgieron hace diez o doce años, cuando la empresa fue comprada por la multinacional Hissmann por 21.000 millones de pesetas y pocos años más tarde por la multinacional Ingells Sold Rand por 27.000 millones.
«Estructural y organizativamente ha sido un desastre. Nos han llevado por malos caminos y esto no ha funcionado. De todas maneras -precisaba Txokarro-, tenemos que decir que económicamente hay salida y que las cosas no están tan mal como para tomar las medidas que pretende la empresa».
A juicio del representante de LAB, los trabajadores de Koxka están dando «una gran lección con su actitud, porque si hay algo que destacar en todo este proceso es la motivación y las ganas que están poniendo para defender sus puestos».
«En una plantilla tan amplia hay muchas problemáticas. Muchos tenemos préstamos hipotecarios, hijos, obligaciones familiares, etcétera. Estar en una situación de huelga indefinida y pendientes de una espada de Damocles, como es el despido, genera muchos problemas personales, evidentemente. Hay situaciones muy graves, muy duras, pero aún así es todo un ejemplo la forma en que están respondiendo los trabajadores», remarcaba Barea.
En esta pelea no están solos. Entre las muestras de solidaridad que recibieron ayer, estaba la de la fanfarre Jarauta 69. Para hoy y mañana se han organizado actividades festivas de apoyo, como talleres de pinturas y marionetas, trikitixas, visita de los caldereros, charangas y chocolatada, sin olvidar el apoyo espiritual y material del párroco.
El jueves a las seis de la tarde los trabajadores de Koxka comenzaron el encierro en la iglesia de San Lorenzo, en Iruñea. Allí permanecieron durante la noche 18 personas, de las que seis han decidido también realizar una huelga de hambre indefinida.
En un primer momento, el párroco de la iglesia intentó despacharles «de malas maneras». Al final, no sólo les ha dado permiso para estar allí hasta el lunes sino que, incluso, les ha entregado 300 euros para comida, gastos o lo que necesiten.
El lunes se decidirá en Madrid si se acepta o no el ERE para despedir a 275 trabajadores de una plantilla total de 750. Después de dos semanas de paros parciales y tres de huelga total, se decidió hacer el encierro para presionar al Gobierno de Nafarroa.
Durante todo el día de ayer fueron constantes las muestras de solidaridad que recibieron por parte de representantes sindicales y de la izquierda abertzale. También hubo actos festivos de apoyo, que continuarán durante hoy y mañana.