El voto que abrió la lata
Supuestos expertos anunciaban, hasta hacer el ridículo con carteles viejos, que la izquierda abertzale optaría por la abstención, a pesar de que D3M insistía en que llenarían las urnas de votos. Los 165.000 votos anulados en las municipales de 2003 demostraron al Estado que habían pinchado en hueso e hicieron que la izquierda abertzale se sintiera con fuerza para iniciar el camino de Anoeta.
Editoriala
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