Lillo ha trasmitido que un punto no es suficiente para evitar que Xerez y Tenerife cobren diferencias importantes
A seguir la buena senda a domicilio
El equipo blanquiazul busca su tercera victoria consecutiva lejos de Anoeta ante un Murcia que funciona por rachas esta temporada.
MURCIA-REAL SOCIEDAD
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
Lillo dejó claro antes de viajar a Murcia que la victoria es el único resultado bueno para no ceder terreno en la lucha por el ascenso, y la duda estriba en conocer cuál es el camino que elegirá para buscarla. La escandalosa actuación de Bernabé García no evitó que recibiera críticas por su planteamiento y el juego del equipo ante el Zaragoza, pero la búsqueda de mejorar no puede llevar a empeorar.
La Real no ha jugado bien con el balón en los últimos dos partidos y tiene problemas en ataque, pero eso es consecuencia de los marcadores favorables y de la seguridad que ha adquirido en defensa el equipo menos goleado con diferencia. A la Real le basta con amontonar jugadores cerca del área y con su sacrificado trabajo colectivo para que los rivales apenas hagan goles. Los dos pivotes juegan cerca de los centrales y eso permite no conceder ocasiones, pero provoca que se abran distancias con los jugadores más adelantados que aprovechan los pivotes rivales para jugar a placer y acaparar la posesión de balón. Aunque sin traducirlo en ocasiones...
La Real debe mejorar en ataque y tener más el balón sin perder su seguridad defensiva y en ese dilema es más lógico que Lillo apueste por un once similar al que jugó contra el Zaragoza a que coloque de entrada a Xabi Prieto, Abreu, Agirretxe y Marcos. El uruguayo aporta cosas importantes al equipo, pero no trabaja nada en defensa -al margen de su gran ayuda a balón parado- y si se le acompaña de tres jugadores ofensivos puede ser complicado dar con el equilibrio que se necesita.
Además Lillo, que plantea los partidos en función de unos rivales a los que ve tantas virtudes que casi provoca que sus jugadores salgan mas mentalizados de frenarlas que de imponer sus poderes, ha dejado entrever que no se le puede dejar al Murcia tener la posesión del balón. Eso invita a pensar que no jugará con cuatro atacantes.
Pero el problema no está en jugar con tres centrales o dos puntas, sino en lograr que cuando el equipo tenga el balón salga jugándolo en bloque y llegue con más jugadores al área rival y no esté tanto tiempo encerrado en el propio. Por eso, más importante que el esquema, es la disposición de los que salgan. Lillo no ha ofrecido luz sobre su once, pero parece que la ausencia de Bravo y Abreu en Zubieta en toda la semana no les impedirá jugar de salida. El técnico del Murcia, Miguel Campos, tampoco ha dado pistas sobre sus planes, aunque recupera a Mejía tras cumplir su sanción.
El filial, mañana en Zubieta
El Sanse jugará mañana en Zubieta a las doce contra el Marino de Luanco un partido importante en su lucha por evitar los puestos de descenso. Mañana también juegan las chicas en el campo del Colegio Alemán (12.15) y el Easo visita a las 11.30 al Athletic con el primer puesto en juego. Hoy juegan en Zubieta el primer juvenil a las 16.30 contra el Varea y el infantil a las 11.30 contra el Aurrera de Ondarroa. Los dos cadetes visitan hoy al Indautxu (10.45) y al Real Unión (11.00), respectivamente, y el infantil txiki juega mañana en Arrasate a las once.
Mikel González y Markel volvieron a la lista una vez cumplida su sanción, motivo por el que se quedó en Donostia Moha junto a Dramé, único disponible sin viajar por decisión técnica. Abreu y Bravo esperaron a sus compañeros en Murcia.
El Murcia comenzó muy mal la temporada. Tras la destitución de Clemente reaccionó y encadenó cinco victorias consecutivas y ahora, al conocerse que el club va a entrar en Ley Concursal, ha perdido los dos últimos partidos.
El presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, se reunió ayer en Madrid con su homólogo en el Comité Técnico de Árbitros -Victoriano Sánchez Arminio-, acompañado del presidente de la Federación Guipuzcoana -Juan Luis Larrea-, del consejero encargado del área deportiva profesional -Juanjo Arrieta- y del delegado de campo realista -el ex árbitro Xabier Eleizegi-. Según dio a conocer el club blanquiazul, Aperribay trasmitió «la preocupación que en el seno de la Real Sociedad ha provocado la reiterada sucesión de errores arbitrales que está perjudicando a nuestro club, preocupación que ha querido sustentar mediante diferente material videográfico que ha mostrado al señor Sánchez Arminio. Asímismo Jokin Aperribay ha trasladado la idea de que la Real Sociedad está comprometida firmemente en colaborar a fortalecer la necesaria confianza de todos en la labor arbitral y que para que la Real pueda realizar esa tarea debe ser también respetada por el propio estamento arbitral».
La valoración que se hacía desde el club a través de su página web era «positiva en la medida que la Real Sociedad ha podido exponer directamente al presidente del Comité Técnico de Árbitros los motivos de preocupación de la entidad txuri urdin en torno a esta cuestión».
Una preocupación que lleva a mirar con desconfianza hoy a un colegiado peligroso como Hevia Obras, aquel que expulsó a Skoubo, Xabi Prieto, Josu Justo y Juantxo Trecet en el partido de Copa de la pasada temporada en Las Palmas. Es un árbitro con mano ligera, hasta el punto de que en esa campaña 2007/08 acreditó una media de 6,6 tarjetas por partido en Liga. Un promedio que se quedaba corto con su arranque de esta temporada, en el que mostró 31 tarjetas en tres partidos, seis rojas, con expulsiones a tres entrenadores y a un ayudante.
Y el próximo partido espera otro mal árbitro como Pino Zamorano contra el Hércules, el mismo que dio tres minutos de prolongación en Córdoba y que permitió a los andaluces empatar cuando habían pasado más de cuatro. Cabe esperar que los dos tengan una actuación que pase desapercibida. El encuentro contra el Hércules, equipo que consiguió empatar a la Real en la primera vuelta tras un penalti a Rivas inexistente que además se repitió sin motivo tras pararlo Bravo, será escenario de una protesta de las peñas contra los arbitrajes. En la reunión celebrada el jueves decidieron ir al estadio con una bolsa negra, una tarjeta roja y un silbato.