Cerca de dos mil personas se manifestaron ayer por la tarde en Gasteiz, convocadas por el sindicato ELA, para denunciar «la masiva presentación de EREs en empresas industriales, así como el despido masivo de personal eventual que se está produciendo». La protesta de ayer se enmarca dentro de la campaña que durante los próximos cinco meses llevará a cabo el sindicato para denunciar la actual situación de crisis económica.

La marcha, que partió a las 18.30 desde la plaza Correos y finalizó en la plaza de la Provincia, contó con la adhesión de una treintena de comités de empresa y secciones sindicales, tales como Mercedes, Michelin, Recticel, Zara o Kennametal. En un comunicado, los adheridos a la protesta explicaron que apuestan por «abordar las causas de la situación, sus responsables y consecuencias», cuestión que «requiere de una presión ciudadana que debemos expresarla tanto en los centros de trabajo como en la calle», declararon.

Los culpables

Al término de la manifestación, Adolfo Muñoz, secretario general de ELA, reiteró «que los salarios no son responsables de la crisis» y exigió «un cambio radical de las políticas públicas y sociales para hacer frente a esta situación».

«Los culpables son los gobiernos, y los beneficiados, los empresarios y la banca», declaró Muñoz, y añadió que «hay que repetirlo alto y claro, hasta la saciedad, porque esos gobiernos quieren ocultar su responsabilidad en las causas que nos han conducido a esta situación. Ellos tomaron las decisiones para permitir una acumulación de capital sin precedentes, permitiendo a ese capital que especulase sin límite, hasta que la codicia ha pinchado el globo».

Asimismo, Muñoz culpó «a los diferentes gobiernos de Madrid del deterioro de la calidad del empleo, ya que durante todos estos años han facilitado la contratación eventual y los despidos». El secretario general de ELA, denunció el papel del Gobierno de Lakua que «aprueba los EREs con los ojos cerrados».

También hubo críticas para los empresarios, que según Muñoz, «día tras día, están pidiendo mayores facilidades para despedir y aumentar la eventualidad, cuando reforma tras reforma se ha abaratado el despido y la eventualidad llega a más del 30%».