Las graves deficiencias que presentan las instalaciones del colegio público Mugika, sumado a los dos incidentes por cortocircuitos que se han producido en los últimos meses, han acabado por colmar la paciencia de los padres y madres de los niños que cursan allí sus estudios.

En la rueda de prensa ofrecida ayer por la mañana en este centro situado en Alde Zaharra de Bilbo, los familiares exigieron que se subsanen «de inmediato» todas aquellas deficiencias que puedan afectar a la seguridad de sus hijos, así como que se publiquen las bases para la contratación de las obras de remodelación del edificio «antes de las elecciones».

«De no acometerse en breve una reforma integral, la seguridad de los alumnos puede correr serio peligro. En lo que llevamos de curso ya ha saltado la alarma de incendios dos veces por cortocircuitos, en una ocasión en pleno horario escolar. Las aulas de los niños de 2 a 5 años se ubican en un cuarto piso sin ascensor. Cómo y por dónde saldrían en caso de incendio?», se preguntó Andoni Zabalza, padre de uno de los escolares.

Hechos frente a palabras

El portavoz de los familiares denunció que pese a que el pasado año el Departamento de Educación del Gobierno de Lakua les prometió que este verano se acometería la reforma integral de las instalaciones, «los posteriores contactos han mostrado su nula voluntad para mantener esa promesa». Por ello, demandaron que las obras den comienzo en el plazo acordado, así como que los padres puedan aportar sus opiniones y sugerencias para las mismas.

Asimismo, pidieron al Ejecutivo que inste al Ayuntamiento de Bilbo a que arregue el patio del centro educativo.