Raimundo Fitero
De comando
Hay palabras que se recargan con todas las energías renovables conocidas en este siglo. Así alguien empieza a pronunciar la primera sílaba de la palabra comando y ya se han disparado todas las alarmas. En la primera estatal lleva unos meses emitiendo un programa de esos en los que un cámara y un periodista, más alguien de producción, se van a la calle para hace reportajes. Se llama «Comando Actualidad», y en la última entrega del pasado miércoles, trataron el asunto de la vivienda, desde dos perspectivas bastante distantes, pero que emitidos uno tras otro, la verdad es que daban una leve sensación de formar parte del mismo poliedro.
El primero se dedicó a visitar nuevas ciudades en donde la situación económica ha dejado las promociones y a los promotores en una situación de precariedad absoluta. Seseña, la ciudad de «El Pocero» es quizás el paradigma de los fracasos del negocio del ladrillo. El reportero que visitaba esta urbanización nos mostraba la desolación, la falta de vida, sin comercios, sin servicios, sin apenas viviendas habitadas. Hasta que encuentra a una familia que le deja entrar en su casa y resultan unos pisos, aparentemente bien terminados. Lo que sucede es que están en medio de la casi nada. Y que el precio ha decrecido. Los especuladores ven cómo sus inversiones pierden valor y quieren vender con urgencia.
Yebes, ese lugar de Guadalajara donde para el AVE porque está en los terrenos de la familia de Esperanza Agirre y donde se ha hecho otra nueva ciudad con los mismos problemas que en Seseña. Y numerosos pisos vacíos, y sin servicios, con problemas para pagar hipotecas. Un cuadro diagnóstico que se completaba con casos concretos en diferentes puntos de la geografía peninsular en donde los afectados no lo eran por avaricia, sino por necesidad. Gente que no puede hacer frente a sus hipoteca y que deciden vender, y que deben vender a unos precios muy baratos porque le aumenta el agujero. La segunda parte del programa se acercó a algo mucho más peliagudo, los ocupas sociales, las familias que han ocupado pisos baratos y no pueden pagar, los inquilinos sin recursos. Otra visión del mismo problema.