15 años del marco vasco de relaciones laborales
LAB plantea a ELA una ofensiva sindical abertzale ante la crisis
La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, respaldada por la ejecutiva de la central sindical, propuso «una ofensiva sindical abordando una nueva fase de acuerdos entre LAB y ELA, entre ELA y LAB, que sitúe la defensa del empleo y el reparto de la riqueza como respuesta a las supuestas medidas anticrisis». Etxaide dijo que la central que lidera está dispuesta a «alcanzar acuerdos estratégicos para avanzar hacia un cambio del modelo económico y social».
Juanjo BASTERRA | BILBO
LAB ha trasladado a ELA el documento «Euskal Herriko langile borrokan jauzi berriak emateko proposamena». Es «una propuesta abierta y una apor- tación» que persigue, según explicó la secretaria general de la central sindical, Ainhoa Etxaide, «liderar una respuesta sindical efectiva y contundente ante la situación de crisis, que está produciendo la destrucción de empleo, el retroceso de los derechos laborales y la absoluta dejadez en alcanzar una serie de medidas que garanticen una protección social suficiente para los trabajadores».
Esta respuesta, según precisó la dirigente de LAB, «debe ser liderada desde el sindicalismo abertzale. Porque sólo los sindicatos que situamos en Euskal Herria el proceso de cambio podemos abordar una ofensiva de esas características y sólo desde los sindicatos que apostamos por avanzar en la confrontación en la defensa de los derechos de los trabajadores podemos organizar una respuesta de estas características».
Respuesta común
Ainhoa Etxaide compareció acompañada de toda la ejecutiva de LAB. Esta llamada a iniciar, de nuevo, un trabajo común con ELA llegó el mismo día que se conmemoró el décimoquinto aniversario en el que ambos sindicatos ocuparon las calles de Bilbo para reivindicar la soberanía económica y la capacidad de decisión en el ámbito laboral, es decir, en la reclamación del marco vasco de relaciones laborales, que abrió una nueva fase en la lucha de los trabajadores vascos.
Tras la descomposición de esa unidad, LAB señala que se dan las circunstancias para volver a asentar un nuevo escenario firme entre ambos sindicatos para trabajar en común en favor de los derechos sociopolíticos y económicos de este pueblo.
La líder de LAB indicó que «proponemos articular una ofensiva sindical abordando una nueva fase de acuerdos entre LAB y ELA, entre ELA y LAB, que se sitúen en la defensa del empleo y el reparto de la riqueza, y las respuestas a las supuestas medidas anticrisis, con el fin de alcanzar acuerdos estratégicos para avanzar hacia un cambio del modelo económico y social». Etxaide remarcó que esta actuación responde a la demanda que «nos están haciendo los trabajadores, que tienen que aguantar que Idoia Zenarruzabetia -vicelehendakari del Gobierno de Lakua- constate y confirme que los sindicatos tenemos razón: que se está destruyendo empleo, aunque se esté generando riqueza. Que se está utilizando la crisis para reducir costes laborales, cuando se están logrando todavía enormes beneficios. Trabajadores que están asqueados de ver cómo se les otorga la medalla al mérito -de oro- a una patronal y unos sindicatos en Nafarroa, que son los responsables de la mayor subida del paro de la última década. O de ver cómo se les da la medalla al mérito a sindicatos y patronal que se están beneficiando del dinero público, y luego nos dicen que no hay fondos para el gasto social».
Tras recordar la división existente en la actualidad, después de que hace quince años ambas organizaciones demandasen el marco vasco de relaciones laborales, o que a finales de mayo se cumplan diez años de la huelga general que ELA y LAB impulsaron en demanda del reparto del trabajo y la riqueza, Ainhoa Etxaide reconoció que, «aunque se han dado pasos en la lucha de los trabajadores, si analizamos la situación de cómo estamos, desde luego gracias a las instituciones totalmente alineadas con los intereses de la patronal, los trabajadores hemos retrocedido en derechos, en peso en cuanto a reparto de la riqueza y estamos volviendo a la situación anterior de pérdida de derechos laborales».
Tres pilares
LAB, ante eso, afirma que «tenemos claro dónde están las responsabilidades y sabemos de dónde no van a venir los cambios: ni de las instituciones, ni de una clase política alineada con los intereses de la patronal, Por lo tanto, los cambios los impulsamos los trabajadores o no habrá cambios en Euskal Herria», precisó.
LAB sitúa en tres pilares la nueva fase. La primera prevé «una ofensiva sindical que promueva la acumulación de fuerzas de los trabajadores y los sectores populares. La clave para cambiar la dirección de la evolución del modelo económico y social es la correlación de fuerzas entre capital y trabajo, por lo que un sindicalismo que tenga capacidad de aunar será un sindicalismo capaz de abordar cambios en dicha correlación».
Como segundo pilar, la central sindical traslada en este documento abierto al debate, la necesidad de obtener «los instrumentos para poder decidir el modelo económico y social. Tenemos que impulsar -indica el documento sindical- un cambio político basado en el derecho a decidir, que nos dé la oportunidad de materializar cambios sociales». El tercer pilar se fija en «el reconocimiento y la garantía de los derechos de la clase trabajadora. Porque con un sindicalismo que tiene como objetivo mejorar la gestión del modelo actual, no es posible impulsar un verdadero cambio».
La secretaria general de LAB afirmó que «para centrar y abordar este debate hacemos esta propuesta abierta, que quiere ser una aportación, porque pensamos que debemos ir situando responsabilidades y denunciando las decisiones políticas y empresariales que empeoran las condiciones de la mayoría social trabajadora. El verdadero debate está entre quiénes y cómo vamos a abordar ese proceso de cambio político y social que se necesita en Euskal Herria y cuáles son los acuerdos que necesitamos para poder dar ese nuevo impulso decisivo».
El documento incide en que «podemos abrir una nueva fase para los trabajadores de Euskal Herria desde acuerdos sólidos entre los agentes sociales, sindicales y políticos que apuesten por el cambio en nuestro pueblo. Esa fue la apuesta de hace 15 años, es la apuesta que sacó una huelga general hace diez años, es lo que necesitan los trabajadores. Creemos que no hay razones de calado para no avanzar en ese debate y en el camino hacia los acuerdos», concluyó la secretaria general de LAB.
La propuesta que se ha trasladado a la central que dirige Adolfo Muñoz es «abierta» y quiere ser, a juicio de Ainhoa Etxaide, «una aportación a la situación actual».
Desde el punto de vista de la clase trabajadora, la última década es «preocupante», porque «la economía ha crecido espectacularmente, se ha creado riqueza como nunca, pero sólo ha favorecido a los empresarios desde las instituciones».
La redistribución de la riqueza «se ha desequilibrado totalmente. 440.000 personas viven con 13.000 euros al año y 187.000 tienen que hacerlo con menos de 6.000 euros, pero los beneficios empresariales han aumentado en un 74%.
En el análisis se recuerda, por otro lado, que si para unos pocos la economía ha ido muy bien, los trabajadores han visto que desde 1999 ha caído un 4% el peso de los salarios, aunque las rentas de capital declaran ingresos anuales inferiores a los trabajadores.
LAB eligió el 19 de febrero para presentar esa propuesta, cuando se han cumplido los 15 años de la fecha en que, junto a ELA, reivindicaron la soberanía económica y la capacidad de decisión en el ámbito laboral. Es una propuesta que tiende, de nuevo, un puente para el entendimiento entre los sindicatos abertzales para avanzar en la construcción de Euskal Herria en el ámbito laboral, social, económico y político.
Jabi Garnika, secretario general adjunto, reconoció que en este tiempo, que ha coincidido con la época de bonanza económica, «ha cambiado mucho nuestro pueblo, la clase trabajadora y también los sindicatos. Se acabó la unidad de acción y se ha instalado la división en el sindicalismo vasco». Sin embargo, Garnika reconoció que, una vez vistos los resultados por separado, «impera la necesidad de hacer una reflexión profunda sobre la lucha sindical».
LAB considera que las reivindicaciones de entonces «siguen vigentes. No hemos dado pasos decisivos en el camino que comenzamos y, hoy por hoy, ante esta grave crisis económica, seguimos sin poder construir una Euskal Herria que garantice nuestros derechos, porque seguimos sin poder tomar decisiones estructurales en materias económicas y sociales. Son los intereses empresariales los que prevalecen en Euskal Herria, mientras que para nosotros las restricciones de derechos aumentan y se produce un menor reparto de la riqueza». En el documento, LAB reconoce que «1994 significó un claro impulso en el ámbito sindical» y recuerda que «respondimos a una preocupante situación de la clase trabajadora con una ofensiva sindical de bases sólidas y renovadas. Dejamos de mirar a Madrid y decidimos impulsar en y desde Euskal Herria». Se dieron pasos significativos que llevaron en 1999 a la convocatoria de una huelga general. «Fue un punto de inflexión en la lucha de la clase trabajadora, que puso de manifiesto la eficacia de la acción sindical en clave de confrontación, de ofensiva. Paramos Hego Euskal Herria para obligarles a tomar decisiones. La unidad sirvió para confrontar de cara a lograr una reducción del tiempo de trabajo y del reparto de la riqueza con el salario social».
Ante esa situación, LAB afirma en el documento que «sacamos dos claras conclusiones: la capacidad del sindicalismo abertzale para abrir nuevos escenarios en la lucha de clases en Euskal Herria, si aprovechamos nuestra potencialidad con la fuerza de la clase trabajadora» y, por otro lado, «que son nuestras propias decisiones las que nos hacen dueños de nuestro futuro. Dejar que las instituciones y la patronal rijan nuestras vidas decidiendo por nosotros nos lleva a situaciones como la actual». Por lo que reconoce que «el sindicalismo abertzale es un activo para que Euskal Herria avance» y afirma que «nos encontramos en un punto similar al de la huelga general de 1999. Es momento de hacer algo más». J. BASTERRA
«Estamos seguros de que el sindicalismo puede hacer una aportación real y de cambio en este proceso. Esa fue la apuesta de hace quince años y la que sacó la huelga general de hace diez años. Es lo que necesitan los trabajadores. Es necesario avanzar», dice LAB.