Raimundo Fitero
El refugio
Según la publicidad en varios medios, existe un canal de televisión dedicado a las mascotas. Bueno, me imagino que serán programas destinados más que nada a los dueños de las mascotas que a las iguanas, hurones o loros, que probablemente se entretendrán más con otras posibilidades de diversión o comunicación. Es cierto, existe, se llama “El refugio”, y resulta ser una especie de metáfora de nuestra sociedad, de nuestro tiempo. Transmite buena onda, un buenrollismo realmente cósmico, y los reportajes, los consejos, los reportajes son auténticamente analgésicos, anabolizantes de los músculos menores de la conciencia social. Recomiendo que en vez de aniquilar el hígado o los neurotransmisores con otros productos, vean este canal y así sentirán que los seres humanos podemos ser lobos para los seres humanos, pero de vez en cuando nos convertimos en ejércitos de salvación de los animales que nos pueden dar compañía, cariño u ocupación.
Todo lo anterior es pura demagogia carnavalera, residuos de pintadas de brocha gorda, porque lo que realmente interesa es que no sabemos discernir entre la caza y el cazo. Y que uno preferiría ver un reportaje cruel de la caza del zorro con sus cornetas, perros y señoritos con ajustados pantalones y botas de montar que algunos programas dedicados única y exclusivamente al asunto de Marta del Castillo. No se puede juzgar y condenar a nadie; es decir, a nadie, desde los medios de comunicación, las tertulias o las declaraciones de los jefes de todas las policías. A ellos a los que menos hay que hacer caso. Claro, el problema es que se han acostumbrado durante tanto tiempo a condenar sin pruebas en todo lo que tiene que ver con la izquierda abertzale y les va saliendo gratis, que ahora son capaces de cualquier cosa con tal de ganar audiencia y, de paso, intoxicar con consignas reaccionarias sobre la cadena perpetua y demás lindezas.
Vi un rato un programa llamado “Rojo y Negro”, y de verdad, qué bonito es ser un gatito de angora o un perro de familia con dos niños y chalet adosado. Lo que le falta a “El Refugio” es que lo presente el perro de “Padre de familia”, ganaría en credibilidad.