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Manuel torres 2009/2/20

Marx en Disneylandia

Diario Noticias de Álava

(...) los informativos anuncian una nueva remesa de despidos masivos, de empresas que se declaran en quiebra o notifican el último desplome de la Bolsa. A todo esto, Botín ha hablado (por favor, hagan aquí una genuflexión) para decir que, en beneficio de la salud económica del país, las entidades financieras harían un «flaco favor a la economía española si concedieran créditos de forma irresponsable», y de seguido el tipo se despacha diciendo que el origen de la crisis está en los excesos cometidos por la banca. La verdadera tragedia -de la que Botín no dice nada- es que en plena crisis económica y del sistema financiero mundial, comenzamos a tener la incómoda sensación de que quien saldrá mejor parado de la tormenta serán precisamente los responsables de la tropelía: los banqueros, y el ejecutivo santanderino lo revela sin ningún pudor tras ganar sólo un 8% más que el año anterior (en el argot financiero: perder). (...)

Esta crisis, la primera de la era de la globalización, tiene algo de quiebra moral, dado que las élites capitalistas han llevado los valores que defienden a tal extremo que es imposible que sean aceptados incluso por ellos mismos. Ya lo vaticinó Marx en aquellos vetustos tratados sobre economía, que escribía bajo los destellos hipnóticos de la revolución industrial, y que ya nadie lee: «El sistema capitalista, al carecer de límites morales y económicos, acabará devorándose a sí mismo, mientras el ejecutivo del Estado moderno no es otra cosa que un comité de administración de los negocios de la burguesía».

(...) Cada vez más, la economía desconoce fronteras donde actuar, y cada vez menos depende de los dictados de la política. De hecho, la seguridad y el miedo son los valores más firmes con los que los distintos gobiernos pretenden afianzar su legitimidad, ya que el poder financiero no está en sus manos.

(...) Y no sólo el ocio y la cultura, también la educación está medida por esta horma. La urgencia de las transformaciones diseñadas por Bolonia viene impuesta por la misma política económica neoliberal, transmitida por una directiva del Banco Mundial que exige la integración de la educación superior en el mercado mundial de servicios. Es decir, lo que el Plan Bolonia prescribe es una educación encaminada a ser una actividad mercantil donde las titulaciones se analizan en términos de rentabilidad, de la relación entre los gastos realizados y los ingresos que genera. (...)

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