El siniestro que costó la vida al azpeitiarra Aritz Odriozola tuvo lugar por la mañana en el monte Orhi (2.107 metros), cuando sufrió una caída y se golpeó la cabeza contra unas rocas.

Según las noticias que habían podido recabar sus compañeros de Lagun Onak Mendi Bazkuna, la caída se produjo en una ladera cerca de la cima, donde esquiaba en compañía de otros ocho montañeros de Azpeitia. «Salieron del pueblo el viernes y parece ser que en un principio tenían intención de ir a otro monte. Algunos han dicho que, como había mucha nieve, se decidieron a ir al Orhi», comentaba ayer desde esta localidad un amigo y miembro del mismo club de montaña.

Fueron sus propios compañeros quienes a las 11.50 dieron el aviso del accidente a SOS-Nafarroa, desde donde se enviaron hasta el lugar dos helicópteros, uno de ellos medicalizado y otro con efectivos del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña de la Guardia Civil. También se desplazaron hasta la zona bomberos de la Agencia Navarra de Emergencias del parque de Nabaskoze y una ambulancia medicalizada. Sobre la una de la tarde lograron rescatar el cuerpo sin vida de Odriozola, que se encontraba en una zona de difícil acceso. «Al parecer, la víctima se encontraba esquiando en el pico de Orhi cuando se ha precipitado por la ladera que da al Irati y se ha golpeado la cabeza», según informó ayer por la tarde el Gobierno de Nafarroa.

El cadáver del montañero fue trasladado posteriormente al Instituto de Medicina Legal de Iruñea. Está previsto que hoy por la mañana le realicen la autopsia y por la tarde sea trasladado hasta su localidad natal, donde mañana se celebrarán los funerales en su recuerdo. El propio alcalde de Azpeitia, Julián Eizmendi, estuvo realizando gestiones para agilizar el traslado del cadáver a la localidad.

Aritz Odriozola era presidente de Lagun Onak Mendi Bazkuna desde diciembre de 2007, fecha en que sustituyó en este puesto a Maje Larrañaga. La noticia de su muerte causó una fuerte conmoción en Azpeitia, donde era una persona muy conocida. «Ariz estaba entregado a la montaña. Salía todos los fines de semana y tenía mucha experiencia», señalaban ayer sus compañeros del club mientras comentaban las noticias que iban llegando desde Otsagabia en torno a este suceso.

Todos coincidían en que era una persona muy apreciada, y le definen como «alegre, amable, trabajador y humilde».