Una manifestación recorrió ayer tarde las calles de Ziburu y Donibane Lohitzune para exigir que se ponga fin a los «interrogatorios políticos» y procesamientos judiciales realizados por las autoridades francesas en Ipar Euskal Herria durante los últimos meses. Según recordaron los convocantes, unas 90 personas han sido detenidas o convocadas a comisaría por la Policía en el marco de la investigación sobre varios bares y locales asociativos. La cifra superaría las 180 personas si a las primeras se añaden las que han sido interpeladas en relación a otras operaciones y actuaciones desde setiembre de 2007.

Medio millar de personas secundaron la movilización que partió desde Ziburu y finalizó frente al Ayuntamiento de Donibane Lohizune, en la plaza Luis XIV, tras recorrer la carretera y las calles que unen a ambas localidades. Algunos de los detenidos en la última operación policial portaron una pancarta en la que se leía «La repression n'est pas la solution. Aski da!».

«No entienden nada»

Al finalizar la marcha, un portavoz del movimiento pro amnistía recordó que las fuerzas policiales «no tienen por qué preguntar a la ciudadanía por sus vidas, dinero, trabajos, participación en movilizaciones... ni tampoco tomar las huellas dactilares ni el ADN. No pueden imponernos -añadió- que permanezcamos durante horas en sus sucias celdas y no tenemos por qué aguantar su presión, amenazas ni chantajes».

Según denunciaron, las teorías en las que se basan estos «montajes policiales» son «ridículas» y lo que que realmente buscan es «criminalizar» a la izquierda abertzale. Además, señalaron que con esta estrategia tratan de «propagar el miedo entre la sociedad y fomentar la división para obstaculizar la construcción de un futuro para este pueblo».

«Saben mucho acerca de nuestras vidas antes de venir a por nosotros, pero no entienden nada. No pueden creer que la gente dedique su tiempo y dinero a una causa sin obtener beneficios personales y lo consideran sospechoso», insistieron.

A su juicio, el trabajo y las iniciativas que se llevan a cabo en las herriko tabernak «se sustenta en valores contrarios a los que ellos defienden, como la solidaridad y el interés colectivo por encima del personal».

La alocución concluyó resaltando que la «lucha es el único camino» y que la apuesta represiva emprendida por el Estado francés así lo demuestra.