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Segunda victoria consecutiva

Una historia irreconocible

El Eibar pone fin a una sequía de cinco meses como visitante, sumando los tres puntos en Balaídos. Los golazos de Carlier y Sutil, junto al penalti detenido por Zigor, protagonizaron un encuentro que tuvo su parte negativa en la grave lesión de Albert Yagüe.

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CELTA 1

EIBAR 2

Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR

Lluvia de Oscars para el Eibar, que protagonizó en Balaídos una película con todos los ingredientes necesarios para arrasar en taquilla.

El equipo azulgrana no descuidó un solo detalle, con una historia en la que hubo héroes, con Zigor deteniendo un penalti; efectos especiales con los cañonazos de Carlier y Sutil; suspense con el gol del Celta en la recta final; lamentablemente, también drama, con la lesión de Yagüe; y sobre todo, por fin, hubo final feliz.

Y gracias a eso, el Eibar se llevó el Oscar al mejor guión original. Porque ayer escribió una historia irreconicible, diametralmente opuesta a la que ha protagonizado en la mayoría de sus desplazamientos. No en vano con el pitido final del árbitro se ponía también fin a una racha deprimente y causante, en buena medida, de la situación clasificatoria del equipo: cinco meses y tres semanas sin conseguir la victoria lejos de Ipurua y cuatro meses, 120 días, sin siquiera poder anotar un gol.

También, obviamente, más de cinco meses sin encadenar dos triunfos consecutivos. Algo que ha vuelto a conseguir en el momento idóneo porque pone fin a la pésima racha que habían encadenado los armeros, con cinco derrotas consecutivas, y, sobre todo, al ambiente de desánimo y desconfianza que había ido creciendo en torno a equipo y entrenador. El camino que, en junio, debe desembocar en la permanencia, sigue siendo larguísimo, pero a los eibarreses ya no les pesa tanto la mochila.

Esa mayor ligereza se dejó notar ya en Balaídos, aunque si en algo resultó repetitiva la historia del partido fue, precisamente, en la buena imagen que ofreció el conjunto guipuzcoano, sobre todo en el primer tiempo. Volviendo a dejar en evidencia a Pepe Murcia -que en la primera vuelta se lució advirtiendo de la gran envergadura de los delanteros y esta vez auguró un rival que cedería el balón por completo-, el Eibar se adueñó del choque desde el pitido inicial. Con un trabajo defensivo de lo más solvente, Tiko -en la misma buena línea de Tenerife- como director de orquesta y Carlier en punta, los armeros aniquilaron a un Celta que no supo sobreponerse ni a la superioridad de su rival, ni a su propia presión, con el objetivo del ascenso alejándose de semana en semana.

No se hicieron esperar las ocasiones pero, también una historia conocida, el acierto brilló por su ausencia. Y, con los precedentes y ante un anfitrión que, conforme se acercaba el descanso, fue sintiéndose mejor, quien más y quien menos empezó a temerse que aquello acabara como de costumbre.

Pero, nada más reanudarse el choque, los guionistas dieron el siempre bien recibido golpe de efecto. El elegido para enamorar a la audiencia, Rudy Carlier, que aprovechó un error de Trashorras para robar el balón en la frontal y empalmar un derechazo que establecía el 0-1.

El villano apareció en escena de inmediato. Sólo cuatro minutos después de que el francés se estrenase como goleador con la camiseta azulgrana, David se plantaba en el área a la contra, Biel Medina le empujaba y Hevia Obras se llevaba el silbato a la boca. Y con el patio de butacas con el corazón en un puño, Zigor se erigió en uno de los héroes de la historia, al detener el lanzamiento de Ghilas.

No acabó, con todo, el suspense. Ni siquiera cuando Sutil presentaba su nominación a actor principal con un zurdazo imparable, tras una falta perfectamente botada por Tiko. Sólo quedaban veinte minutos, pero en una película como la de ayer, fueron suficientes para que pasase casi de todo.

Empezando por la lesión de Yagüe que, a los tres minutos de saltar al campo, se lesionaba y era retirado en camilla. Siguiendo por los achuchones de un Celta que, con más corazón que cabeza, se acercaba a la portería eibarresa y que acabó elevando el suspense al máximo, al anotar David el 1-2, con dos minutos más la prolongación todavía por delante.

Pero esta vez no hubo injusticia ni mala suerte y el «the end» llegó con «los buenos» celebrándo su éxito.

Pouso: «Hemos subido otro escaloncito»

Pese a la satisfacción por el triunfo, había caras de contrariedad en la expedición azulgrana tras el encuentro. Nadie podía dejar de pensar en Albert Yagüe que, según una primera exploración, puede perderse lo que queda de temporada por una fractura del peroné de la pierna derecha. «La alegría no puede ser completa», reconocía Carlos Pouso.

Pero sí parcial, por una victoria que endereza el triunfo de su equipo. «Digo lo mismo que la semana pasada, que nos queda muchísimo camino, pero hemos subido otro escaloncito», admitió el técnico.

En lo que respecta al choque, Pouso admitió que se trataba de una cita «muy importante y hemos salido muy enchufados. No creo que haya perdido el Celta, sino que ha ganado el Eibar. No somos mejores, pero hoy hemos estado mejor y creo que nos llevamos los puntos con merecimiento». «El fútbol tiene estas cosas -añadió-. En la primera parte hemos tenido más ocasiones y, sin embargo, hemos marcado en la segunda. Hemos tenido el acierto que nos ha faltado otras veces». GARA

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